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Reportaje:MÚSICA

Jazz europeo y cine americano

El 19 de mayo de 1977 un grupo de músicos centroeuropeos, cansados del jazz eminentemente imitativo de los estándares americanos que se hacía en Europa, decidieron comenzar a trabajar en una línea diferente en la que libertad, creatividad y, sobre todo, imaginación se dieran la mano. Viena les acogió con los brazos abiertos aunque la mayoría procedían de los países limítrofes. En poco tiempo, la Wiener Art Orchester (siempre dirigida por Mathias Rüegg) comenzó a ganar adeptos y tras su primer elepé (Tango from Obango) decidió cambiar su nombre por el más internacional de Vienna Art Orchestra, simplemente VAO para amigos y conocidos.

La VAO cumple treinta años sin haberse apeado nunca de la primera línea de creatividad e indiscutiblemente convertida en la más importante big band europea. Para demostrarlo y conmemorar la efemérides acaban de editar tres discos independientes y complementarios en los que han volcado todas las cualidades de la banda: American dreams, European visionaries y Visionaries and dreams (Universal).

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En total más de cincuenta composiciones salidas de la pluma de Rüegg en las que se rinde culto tanto al glamour cinematográfico norteamericano (Jean Harlow, Rita Hayworth, Judy Garland, Lauren Bacall, Ava Gardner, Marilyn Monroe) como a los grandes descubridores y pensadores de la historia europea (Leonardo da Vinci, Newton, Voltaire, Einstein, Descartes...

) y, en un final ditirámbico digno de los mejores momento de la VAO, se crean un puñado de parejas disparatadas (Grace Kelly y René Descartes, Jayne Mansfield y Sigmund Freud, Katherine Hepburn y Voltaire...). "Quería comprobar si era capaz de escribir una trilogía", explica Mathias Rüegg con total naturalidad. "Treinta años de la VAO, tres veces diez años, tres cedés. Y si encaras una obra de esta magnitud necesitas un buen libreto. Me ha llevado más de medio año poder encontrar el punto de encuentro de dos culturas, dos estéticas. Europa está representada por mil años de pensadores y Estados Unidos por cien años de actrices de film noir. El encuentro entre ellos en el tercer disco era evidente. Es un juego a diversos niveles".

Rüegg recuerda los inicios de la VAO como "un pecado de juventud que finalmente ha tenido consecuencias graves. La VAO nació sin intención de nacer en una noche loca en Viena. Poco ha cambiado..., yo que ya soy un adulto y el tiempo que ha pasado, la sociedad ha evolucionado. Toda la cultura es un espejo de la sociedad (si se trata de genios puede ser al revés, pero no es habitual). Podemos ver las metamorfosis de la sociedad si comparamos, por ejemplo, el jazz de los años veinte con la libertad y la locura de Nueva Orleans o París y el free jazz de los años setenta con la intelectualidad política". Y ¿qué futuro le espera a esta música? "Diversos movimientos convivirán al mismo tiempo, como en la música clásica. La interpretación jugará un papel importante: en las salas de concierto tal vez se toque el jazz de Art Tatum o Bill Evans nota por nota, como ya se hace con la música de Glenn Miller o Count Basie. Pero siempre habrá una generación joven que descubrirá cosas nuevas".

La VAO pasa por ser uno de los paradigmas del jazz europeo pero para su fundador y director ese nombre carece de significado. "La gente primero dice jazz y después jazz europeo, suena ya como una excusa". A pesar de ello, la gran influencia de la VAO ha sido siempre en el viejo continente no habiendo alcanzado la notoriedad que merecería entre el público norteamericano. "Los americanos son los amos, eso está claro. Es una lástima que no se interesen en absoluto por el jazz que viene de Europa, pero estoy seguro de que cambiará".

Esta nueva trilogía se ha convertido también en un espectáculo escénico (se presentará en el próximo Festival de Jazz de San Sebastián) con un gran componente visual, algo que siempre ha caracterizado sus espectáculos. "Quiero darle al espectador una aventura total que le llegue por todos los sentidos. Además, así evito interrumpir la intensidad del espectáculo para hacer presentaciones, no me gustan. En el escenario utilizamos todo tipo de tecnologías, pero en el estudio, siempre que podemos, intentamos grabar directamente a dos pistas, y yo, para esta trilogía, ¡he escrito más de cuatro mil páginas a mano!".

La VAO, en uno de los momentos de su espectáculo donde unen parejas disparatadas como pueden ser Sigmund Freud y Jayne Mansfield.
La VAO, en uno de los momentos de su espectáculo donde unen parejas disparatadas como pueden ser Sigmund Freud y Jayne Mansfield.

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