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Entrevista:James Turrell

"Trabajo con ojo de pintor, pero en tres dimensiones"

Anatxu Zabalbeascoa

Las seis instalaciones luminosas que James Turrell (Los Ángeles, 1943) ha construido en el IVAM transforman la luz. Algunas la convierten en objetos tangibles (una pirámide azulada o un prisma rosáceo). Otras la utilizan para formar espacios aparentemente infinitos (un pasillo rojo que desemboca en una burbuja desdibuja los límites físicos y el espectador se siente suspendido). También la penumbra confunde al espectador: recrea el abismo, un precipicio en el que, de nuevo, se pierden los límites espaciales.

Hijo de una familia de cuáqueros, Turrell realizó su primera obra siendo un niño: agujereó las cortinas de su habitación para que apareciesen en ellas las constelaciones. Luego, todo en su biografía (estudió psicología de la percepción y se hizo piloto antes de llegar a Bellas Artes) parece haber abonado el camino hacia las piezas que investigan la luz y que lo han convertido en una de las máximas referencias del arte actual. El artista, que prepara actualmente una gran retrospectiva de su trabajo para el MOMA de Nueva York, ha venido a Valencia para instalar estas seis piezas inéditas en el IVAM.

PREGUNTA. ¿Por qué ha dedicado su vida a investigar la luz?

RESPUESTA. Mi trabajo no trata la luz. Es luz. Y lo que hago no es explicar mi percepción, sino ofrecerle al espectador que tenga la suya propia, que sienta la luz de manera tangible. Tenemos vista incluso con los ojos cerrados. Pero lo olvidamos al abrirlos. En un sueño se puede sentir la fisicidad de la luz. Lo que yo busco es sentirla también con los ojos abiertos.

P. Su trabajo es a un tiempo accesible y hermético. Es imposible entrar en sus piezas sin sentirse invadido. Y no se requieren conocimientos para disfrutarlas. Pero no admite alusiones ni explicaciones. ¿Ha buscado esa paradoja?

R. Mis obras cuestionan la construcción de los objetos valiosos. Normalmente utilizamos la luz para iluminar otros objetos. Pero no la consideramos en sí misma y no empleamos el poder que tiene para afectarnos. Mis trabajos a veces parecen trucos de magia desvelados, o respuestas cuando, en realidad, no responden nada. Pero eso los convierte en buenas preguntas.

P. ¿Qué afecta a la luz?, ¿el espacio, el color?

R. La luz adquiere forma en el espacio. Por eso yo trabajo con ojo de pintor, pero en tres dimensiones. Mis obras tienen una dimensión indeterminada: parece que tengan dos o tres al mismo tiempo, y esa indeterminación es un valor importante.

P. ¿La fuerza de su trabajo está en la capacidad introspectiva del espectador o en la propia obra?

R. Mi trabajo devuelve lo que el espectador lleva dentro y creo que eso es dar mucho. Una obra que haga despertar me parece necesaria.

P. La luz y el silencio de sus piezas las relacionan con lo espiritual. ¿Es usted religioso?

R. Muchas experiencias religiosas se explican utilizando un vocabulario de vacíos y luz. El arte debe conducir hacia lo espiritual, que no es necesariamente religioso. Lo espiritual ha sido, históricamente, el objetivo y el territorio del arte. Las religiones usan y abusan del arte para acercarse a ese terreno. El arte debe siempre hacer crecer al espectador o por lo menos recordarle cosas más allá de lo visible y de lo terrenal. Y al mismo tiempo, los artistas sabemos que los sentidos pueden evocar espiritualidad, pero no te llevan allí.

P. En su trabajo, ¿dónde están los límites entre la ciencia y el arte?

R. Mi obra no aporta nada a la ciencia. Con la luz, las reglas cambian. Si mezclas luz amarilla y azul no obtienes luz verde, sino blanca. Eso no es ciencia, es educación, cultura. La luz está en fase embrionaria. Antes no existían instrumentos musicales. Luego hicieron posibles las sinfonías. Aunque disponer de mejores instrumentos no implica obtener mejor música, obtendremos más de la luz cuando dispongamos de instrumentos para trabajarla. Se debe mirar la luz como el arce que se queda inmovilizado y deslumbrado frente a los faros del coche que lo va a atropellar.

P. Ha descrito al artista como un ]]>boddhisattva

[un iluminado para los budistas] que regresa y se lleva a los otros en su viaje.

R. Espero estar contribuyendo a la construcción de una cultura. Vivimos en una sociedad que ha transformado, y confundido, la democracia con el materialismo. Eso entristece. Claro que me gusta tener ropa y comida. Pero disfrutar comprando me asustaría. Una de las cosas sobrecogedoras del 11 de septiembre es que cuando Bush habló por televisión a los ciudadanos, les urgió a que volvieran a comprar. Obviamente nuestra civilización no está construyendo una cultura como las que elegimos estudiar.

James Turrell. Comisaria: Ana María Torres. IVAM. Centro Julio González. Guillem de Castro, 118. Valencia. Hasta el 20 de febrero de 2005.

Una instalación de James Turrell en el IVAM.
Una instalación de James Turrell en el IVAM.JESÚS CÍSCAR

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