_
_
_
_
_

Viviendas-Montaña

Hace pocas semanas se inauguró este edificio (detalles del exterior y aparcamiento en las dos fotos superiores), cuyo programa consiste en dos terceras partes para aparcamiento de vehículos y una tercera parte para viviendas.

¿Qué pasaría si, en la plana Copenhague, creamos una orografía artificial? ¿Y si juntamos en un mismo edificio 83 viviendas con las plazas de estacionamiento que hacen falta en el barrio?

El resultado es una colina de vigas y soportes de hormigón con una cascada de villas envueltas por la vegetación encima, que alcanza la altura máxima de 11 pisos. Ante el dilema de construir un edificio de viviendas y otro separado con los aparcamientos, como proponía el plan, PLOT, ahora BIG y JSD, propuso unificarlo todo en un único volumen.

Las viviendas recuerdan a los apartamentos turísticos construidos en pendiente y esparcidos por la costa mediterránea. Bjarke Ingels cuenta que, cuando estuvo formándose en España, en vez de apuntarse a un viaje de estudios, se escapó al sur, a Frigiliana -donde Bernard Rudofsky construyó su propia y última casa-, y se quedó atrapado en las calles escalonadas, en los adarves y maravillado por la vida al aire libre de este pueblo de la Axarquía malagueña.

Si en el barrio de Ørestad no hay colinas, Ingels y De Smedt las crean montando un pueblito de viviendas sobre una montaña de aparcamientos. Noticia: ¡ha aparecido un marsupial malagueño en Dinamarca! Conjunción de opuestos: residencias suburbanas con densidad de centro urbano en íntima relación simbiótica. Herman Hertzberger y Moshe Safdie también han ido a veranear a Frigiliana. Es broma.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_