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EL ENREDO
Columna
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El chachachá

LO MALO DE TENER un buen resultado electoral es que no puedes culpar a nadie de la derrota. Es lo que le ha pasado al PSOE: ha tenido un buen resultado, y no puede culpar a nadie. Si dices que tienes un buen resultado, ¿cómo demonios le cargas el muerto a nadie? Ni al chachachá, que es lo primero que se le tiene que ocurrir a un dirigente a las ocho de la tarde, con los primeros sondeos.

-¡Dios santo! Nos hundimos. ¿Qué hacemos?

-Busca un chachachá, seguro que la culpa es suya.

-No seas ridículo. Mejor salgo y digo que hemos ganado.

Al que pierde se le reconoce porque es el primero que sale a sonreír. Así le pasó a Pepe Blanco. A las 8.05, ya estaba ante el atril.

Si te hundes, te has hundido, y no hay tu tía. Si ganas, has ganado, y te hinchas como un globo. Pero, ay, amigos. Lo peor es ganar perdiendo o perder ganando. Entonces hay que hacer juegos malabares. Algunos dirigentes socialistas los hicieron desde la noche electoral: fue bastante celebrado que Pepe Blanco dijera que la culpa de la derrota del PSOE es del PP, por sacar tantos votos en Madrid. Casi todos coinciden en que, sin Madrid, el PP es menos. Casi nadie recuerda que, sin la diferencia de votos entre socialistas y populares en Cataluña, las elecciones de 2004 las habría ganado el PP. Podría ser una modalidad electoral: se hace el recuento general y a continuación cada partido elimina una autonomía.

Hay 19 millones de españoles que no pertenecen a esas dos Españas. Son mayoría, y no les hacemos ni caso

El resultado ha sido una lástima para los socialistas, porque el plan era bueno: gana el PSOE en el conjunto de España, el PP arrasa en Madrid, se demuestra que Mariano Rajoy es un líder poco sólido, y comienza una lucha feroz entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón por la sucesión. Una lástima. Ha salido todo al revés. Ha ganado el PP en el conjunto de España, arrasando en Madrid, dejando a Zapatero con la imagen de líder poco sólido que funciona a golpe de ocurrencia. Mala suerte. Por fortuna, los resultados han sido tan buenos que no hay que culpar a nadie. Lo ha dicho Zapatero: "Yo estoy satisfecho, tú estás satisfecho, él está satisfecho. Nosotros estamos satisfechos, vosotros estáis satisfechos, ellos están satisfechos". Se reconoce a la generación Rolling Stones en que la prioridad es la satisfacción inmediata. Y mañana, Dios dirá.

Peor suerte han corrido los invisibles. El titular de esta semana debería ser: "Nuevo fracaso de la mayoría invisible de españoles". Hay casi trece millones de abstencionistas, y casi seis millones de electores que votan a opciones que no son ni PP, ni PSOE. En total, diecinueve millones de personas..., de las que nadie habla porque los medios de comunicación sólo hablamos de las parcelas de poder de PSOE y de PP: gana uno, baja el otro. Y las dos Españas por aquí, las dos Españas por allá. Y hay diecinueve millones de españoles que no pertenecen a esas dos Españas. Son mayoría, y no les hacemos ni caso. Tendrían que gritar: "¡Que no es por el chachachá, que es por nosotros!".

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