_
_
_
_
_
Reportaje:Carreras & Capital humano

Asignatura pendiente en la empresa

Solo el 18% de las compañías aprovecha las desgravaciones de formación continua

Cristina Delgado

Estudiar de joven para lograr un título que permita encontrar un buen trabajo de mayor. Este esquema, que suponía que cuanto más se formaba uno en los primeros años de su vida, mejor sería el trabajo que encontraría en la edad adulta, ha caducado. Porque no solo es necesario estudiar para encontrar un buen trabajo. También lo es para mantenerlo. En septiembre, muchas empresas reactivan su formación continua. Si no es el caso de la suya, quizá deba solicitarlo o plantearse ser usted mismo el que busque cómo llenar lagunas antes de quedarse fuera de juego.

Las empresas disponen de ayudas para ofrecer formación a sus empleados. Una ayuda que llega en forma de desgravaciones. El coste de parte de la formación que ofrezca, por ejemplo, en septiembre se lo puede descontar en cuotas a la Seguridad Social de octubre. No es una ayuda muy abundante. Tiene un límite: parte de los 420 euros anuales en las empresas de un solo empleado y puede superar los 80.000 euros en grandes compañías. La Fundación Tripartita -cuyo patronato lo forman la Administración, los empresarios y los sindicatos- es la que intermedia en las peticiones de subvención. Según este organismo, en el año 2009 casi 300.000 empresas han realizado formación para sus trabajadores bonificada. "Supone una penetración del 18% en el tejido productivo", dice su informe.

Para elegir un curso hay que pensar antes el objetivo laboral que se persigue

Ocho de cada diez empresas no aprovecha las desgravaciones de formación. "A pesar de que estas ayudas existen desde hace años, hay un porcentaje bajo de empresas que las solicitan. Es por desconocimiento. Muchas no saben que tienen acceso", apunta José Luis Salguero, presidente de la Asociación de Entidades Organizadoras de Formación Continua (AENOA). Las grandes corporaciones, dice Salguero, sí que suelen usar las ayudas.

Cambios continuos en los programas informáticos, empresas que empiezan a vender en otros países o incluso puestos que, simplemente, han desaparecido. Casi nadie es imprescindible en su empleo, pero debe esforzarse por parecerlo y tener la mejor preparación posible para, si llega el momento de cambiar de empleo, tener buenas armas. "Cuando se estudia el currículo de un candidato se valora mucho que haya seguido formación continua. No tanto por los conocimientos en sí como por lo que transmite: una actitud proactiva, comprometida y dispuesta a adaptarse a los cambios", dice Cristina Pascual, de la empresa de selección Unique. Tampoco se trata de formarse sin sentido, solo para apuntarse un título. "No se puede generalizar, pero la formación que más se suele valorar es la que tiene más sentido con el perfil del trabajador. También, cada vez más, la que forma en habilidades en lugar de en contenidos. Por ejemplo, gestión del talento, liderazgo...", señala Pascual.

Algunas multinacionales, como Santander o Telefónica, tienen incluso universidades corporativas. Trabajan con formadores internos y contratando proveedores. En este campo trabaja el IL3, un instituto de formación continua dependiente de la Universidad de Barcelona. "Ofrecemos programas a medida para corporaciones, pero también formación abierta para trabajadores individuales", explica su director general, Pedro Vázquez Pinilla. El 80% de sus alumnos realiza los cursos de forma virtual. El curso pasado pisaron sus aulas 29.000 personas. "Cuando un trabajador busca formación continua por su cuenta, siempre es de carácter profesionalizador. No se trata de ocio. Quiere mejorar su posición laboral", opina Vázquez.

"La formación continua es un concepto muy amplio. Puede ser un máster, especialización, idiomas...", apunta Eva Rimbau, directora de estudios de posgrado de empresa de la Universitat Oberta de Catalunya. "Antes de empezar, el trabajador tiene que tomar dos decisiones: en qué formarse y dónde". El criterio básico para lo primero es marcar un objetivo laboral y "plantearse cuál es el perfil de capacidades y conocimientos para alcanzar ese objetivo". Después, sigue Rimbau, averiguar dónde obtenerla. "Para elegir un centro de formación es recomendable preguntar mucho, en muchos sitios y a muchas personas". La formación online puede ser una buena opción, ya que permite mayor flexibilidad para compaginarla con el trabajo. Pero no se engañe, coinciden Riumbau y Vázquez: si el centro que la ofrece es de calidad, hay que tener en cuenta que más flexibilidad no significará menos esfuerzo por su parte.

Las empresas disponen de ayudas para ofrecer formación a sus empleados.
Las empresas disponen de ayudas para ofrecer formación a sus empleados.GETTY

Oferta diversa

- Formación a medida. Muchas compañías ofrecen a sus empleados formación que encargan a empresas especializadas. Estas crean los temarios o sirven de intermediarias entre las pymes o corporaciones y los formadores. Suele tratarse de cursos para una tarea muy concreta, como un nuevo programa de contabilidad. Es la llamada "formación de demanda". El precio varía según si se trata de cursos creados a medida al 100%, adaptaciones o programas generales. También si se trata de formación virtual o presencial, por el caché de los profesores o el número de alumnos.

- Formación transversal. En el otro extremo se sitúa la llamada "formación de oferta". Es la que ofrecen, por ejemplo, los sindicatos, para personas de diferentes sectores o de un mismo sector, pero empresas diversas. Por ejemplo, cursos de informática e inglés o de técnicas concretas para un sector industrial, como repostería para hosteleros.

- Buscar en la empresa. Si quiere formarse, estudie primero la oferta de su empresa. Pregunte al departamento de recursos humanos si hay cursos previstos para este año o si existe la posibilidad de que le subvencionen programas de su elección o al menos le ofrezcan algún tipo de flexibilidad horaria para asistir a ellos.

- Buscar en el sector. Sindicatos, cámaras de comercio y asociaciones empresariales ofrecen cursos cuya matrícula, en muchos casos, es muy reducida, especialmente para empleados de pymes o asociados. También algunos ayuntamientos y servicios públicos de empleo tienen oferta de formación continua gratuita para trabajadores.

- Por libre. Si decide formarse por su cuenta, consulte a universidades y escuelas de negocios (que, además de másteres, suelen ofrecer cursos más cortos), centros virtuales (permiten más flexibilidad) y buscadores de Internet como Emagister o Aprendemas. Antes de decidirse, compruebe la solvencia de la escuela. -

Radiografía

- El 18% de las empresas realiza acciones formativas que luego desgrava, según la Fundación Tripartita, dependiente del Estado.

- Solo el 14,5% de las micropymes realiza formación continua.

- El 88% de las grandes empresas tiene cursos para sus empleados.

- El 19% de los asalariados del sector privado ha participado en acciones formativas organizadas por su empresa en 2009.

- Industria y servicios, los sectores con más formación.

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_