Cómo desembarcar en Brasil

Las ventajas son muchas: un potencial mercado de 200 millones de habitantes; una tierra emergente en plena ebullición ávida de infraestructuras, construcción, puertos, transportes y servicios; dos celebraciones deportivas de repercusión mundial. Un solo obstáculo: Brasil no es destino de ida y vuelta. Es una economía a la que hay que llegar para quedarse.

La tierra de samba y pandereta, como escribió Ary Barroso en su conocida Aquarela do Brasil, exige fidelidad. "Brasil promete unas tasas altísimas de crecimiento económico y, por ello, representa una gran oportunidad para las economías en crisis. Sin embargo, es un mercado complejo porque hay mucha competencia interna, infinita burocracia para el acceso a la financiación y una gran dificultad para cerrar acuerdos con los directivos brasileños", apunta Antonio Montes, director de desarrollo internacional de IE Business School.

Es un país complejo en el que existe mucha competencia y cuesta cerrar tratos

Tras el Gobierno de Lula, este país es la décima economía del mundo. Genera el 34% del PIB de toda América Latina y concentra más del 33% de su población, según el informe de la Oficina Económica de España en Brasilia, que apunta a que Brasil crecerá un 4,6% en 2011. "Para la clase directiva brasileña, España es un referente en desarrollo de infraestructuras, turismo y energías renovables. Nos miran con buenos ojos, pero no somos iguales. Hay que conocer sus peculiaridades y tenerlas muy en cuenta en los negocios. El brasileño es desconfiado; por ello, es un error establecerse y dejar todo en manos locales. El mercado brasileño exige una continua presencia del equipo que va a jugar en su campo", explica Montes.

"Brasil tiene una serie de dificultades con las que es necesario lidiar día a día, como el complicado sistema fiscal e impositivo y las dificultades logísticas, asociadas tanto a las dimensiones continentales del país como a la necesidad de fuertes inversiones en infraestructuras que el crecimiento económico demanda", manifiesta Manuel Calvo García-Benavides, consejero delegado de Grupo Calvo, para el que Brasil representa el 45% de las toneladas de producto que vende en total.

Banco Santander, Iberdrola, Telefónica, Grupo Mondragón, Endesa, Mapfre, OHL, Abengoa, Meliá Hotels International o Inditex son empresas españolas que han apostado por este mercado emergente que ofrece las mejores perspectivas para los negocios a corto y medio plazo, según la encuesta realizada por Iberglobal a más de 800 profesionales.

La entidad que preside Emilio Botín ha invertido 27.000 millones de dólares en los últimos 10 años. "Brasil -explica el banquero- se convirtió en 2010 en la unidad que más aporta a la cuenta de resultados del grupo, debido a que la crisis global le afectó en menor medida y en 2010 la actividad experimentó un gran dinamismo, con tasas de crecimiento cercanas al 8% y sin apenas paro. La integración de Banco Santander y Banco Real ha sido una de las claves del éxito en la cuenta de resultados".

Iberdrola cuenta con 11,3 millones de clientes en el país, frente a los 10,1 millones de España. A través del holding Neoenergia, del que la española controla un 39%, el grupo podrá atender el consumo de energía de casi cinco millones de personas.

"Nuestra presencia en Brasil se ha desarrollado de forma planificada y con percepción de empresa local, integrando las actividades en las distintas realidades del país y apoyándose siempre en una red de empresas con vocación de permanencia. OHL Brasil lidera el sector de las concesiones de infraestructuras viarias del transporte, con una cuota del 22% de las autopistas de peaje", apunta su presidente, Juan Miguel Villar Mir.

Y es que Brasil ha recobrado la credibilidad del mercado internacional al obtener la acreditación de Investment Grade por parte de las tres mayores empresas de valoración de riesgos del mundo, Fitch, Standard & Poor's y Moody's. "Estamos constituyendo la filial de Brasil, donde hemos desarrollado un plan de negocio que prevé la apertura de más de 350 peluquerías. Se trata de un mercado excelente para el sector de la belleza y donde aún no ha desembarcado ninguna cadena europea", afirma Alejandro Fernández-Luengo, presidente de Marco Aldany. "Tavex es el resultado de la fusión de la española Tavex y la brasileña Santista. El entendimiento fue sencillo aunque con ciertos matices, ya que suponía la integración de empleados de zonas diferentes. Cinco años después somos líderes mundiales en el negocio de la ropa vaquera de alta gama. La parte española aportó su know-how en I+D+i, mientras que Santista proporcionó capital, gestión operacional y una importante presencia en el mercado sudamericano, tanto en vaqueros como en ropa de trabajo, un sector del que esperamos un importante crecimiento como consecuencia de los acontecimientos deportivos que tendrán lugar en Brasil, concluye Ricardo Weiss, director general ejecutivo de Tavex.

Participar en empresas brasileñas, asociarse o apostar por filiales es el gran reto para la empresa española. "Aconsejo entrar en Brasil a través de alianzas con empresas locales, dado que no es un país fácil ni ellos son fáciles. Para tener éxito hay que ir de la mano de un brasileño, pues son muy nacionalistas; las negociaciones requerirán de un tiempo tras el cual te ganas su confianza y, entonces, olvidan las prepotencias. El directivo brasileño es muy profesional y con un nivel de exigencia muy alto", señala Juan Mateo, presidente de la Factoría de Cine Empresarial.