_
_
_
_
_

Agbar, ACS y Suez se adjudican la desaladora de El Prat por 158 millones

La planta tratará el 20% del agua que consume el área de Barcelona

Aguas de Barcelona (Agbar) se adjudicó ayer la construcción de la desaladora de El Prat por un importe de 158 millones de euros. La desaladora entrará en funcionamiento en 2009 y podrá tratar 60.000 millones de litros al año, el 20% del agua que actualmente se suministra al área metropolitana de Barcelona. Agbar lidera un consorcio en el que participan filiales de ACS y de la francesa Suez, que explotará la infraestructura los dos primeros años.

Aigües del Ter-Llobregat (ATLL), empresa pública de la Generalitat, adjudicó ayer la creación del sistema de captación de agua de mar, la instalación de la desaladora y la estación de bombeo, que empezarán a construirse "a principios de 2007" junto a la actual depuradora, en la desembocadura del Llobregat, explicó el gerente de ATLL, Antoni Sala. El presupuesto total de las obras rondará los 200 millones de euros, de los que el 75% se financiará con fondos europeos. El resto lo pagará ATLL, que gestionará la planta y prevé recuperar la inversión con la venta del agua que obtenga a las compañías suministradoras de agua potable. Agbar (adjudicataria junto con Drace y Dragados, y Dregémont, filial de Suez) será, precisamente, el principal cliente de la desaladora.

La planta será la principal de este tipo -destinada al tratamiento del agua para consumo urbano- en España y una de las principales de Europa. Y es una de las piezas destacadas del programa de actuaciones alternativas al Plan Hidrológico Nacional para garantizar el suministro de agua potable y cumplir los requerimientos medioambientales que establece la directiva europea del agua.

El Ministerio de Medio Ambiente también tiene previsto adjudicar este verano tres plantas más, en Torrevieja (Alicante), Águilas (Murcia) y Almanzora (Almería), por un importe conjunto de 722 millones. Agbar explicó ayer que se ha presentado a los tres concursos, si bien "será difícil repetir porque la Administración ha avanzado ya que su objetivo es evitar concentrar en pocos grupos empresariales las adjudicaciones", afirmó Leonard Carcolé, director general de agua y saneamiento de Agbar.

Carcolé explicó que la nueva planta permitirá evitar las "crisis recurrentes" en el suministro de agua al área metropolitana de Barcelona. La última data del pasado verano, pero también en 2000 y 2002 se produjeron situaciones que amenazaron con provocar problemas de suministro por el bajo nivel de los embalses.

La desaladora permitirá reducir el volumen de extracción de agua procedente del Ter y, en menor medida, del Llobregat, y que los dos ríos conserven un mayor caudal. Asimismo, junto con otras actuaciones, posibilitará absorber los aumentos de la demanda de consumo, consecuencia del crecimiento demográfico del área metropolitana. ATLL prevé un alza del consumo del 10% hasta 2020. La empresa pública realizará directamente inversiones por valor de 600 millones de euros para asegurar el suministro de agua incluso en época de sequía.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Para convertir un metro cúbico (un millón de litros) de agua salada en agua potable, la planta consumirá tres kilovatios de energía. La desaladora captará el agua mediante la toma en mar abierto, a través de un emisario submarino y de drenajes horizontales que se instalarán en el fondo marino. Una vez trasladada a la planta, se aplicarán procesos reactivos, de desinfección, decantación y filtración. Posteriormente, por un sistema de ósmosis inversa, se obtendrá un 40% de agua dulce aprovechable para el consumo. El 60% restante se devolverá al mar junto con las salmueras (agua con alta concentración de sal). Finalmente, una estación de bombeo llevará el agua hasta los depósitos por unos conductos de 11,5 kilómetros, aún por adjudicar.

¿Mejor o peor sabor?

El debate sobre la obtención de agua dulce procedente del mar o de acuíferos salobres se ha centrado hasta ahora en cuestiones de relacionadas con el medio ambiente: el coste biológico del retorno de la salmuera al medio y el del consumo energético necesario para desalar el agua. Sin embargo, lo primero que se pregunta un consumidor es si el agua de su grifo va tener mejor o peor sabor cuando se ponga en marcha la planta. Para los implicados en la construcción de la desaladora, no hay discusión: "La calidad mejorará. Los consumidores notarán un cambio de sabor cuando la planta entre en funcionamiento, especialmente los del área más cercana al Llobregat, siempre para mejor", explicó ayer Leonard Carcolé, director general de Agbar. A su juicio, la solución técnica aprobada por ATLL "es la mejor de las posibles". "Habrá un cambio de gusto para mejor, per aún faltan dos años y medio para que los consumidores puedan verlo", concluyó.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_