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LA CALLE | Restaurantes
Columna
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Alba Granados

Dolors, barcelonesa que ostenta el récord mundial de amigos y conocidos, me pregunta de vez en cuando: "¿Has probado ese restaurante?". Dolors, bondad personificada, característica que imprime a las 24 horas diarias dedicadas al trabajo, es una buena guía y sus recomendaciones suelen muy útiles cuando tengo uno de esos días prosaicos, con la capacidad de elección bajo mínimos.

El Alba Granados ha sido una de sus recomendaciones. Dolors está maravillada de que el peso de un restaurante de esas dimensiones recaiga en una cocinera de 27 años, Carlota Claver. Ahora que se celebra el 40º aniversario del Mayo francés o el "yo también estuve en París y no era el lobo hombre Denis", no deberíamos asombrarnos tanto de las virtudes de la juventud. ¿No habíamos quedado en que la juventud al poder? Lo dijeron los ideólogos del adoquín, lo dicen ahora los ideólogos de la estética: la lorza estomacal y el reuma mental son para los que pasan de los 40.

El Alba Granados podría confundirse con su madre patria, el Alba París. Pero Carlota, que trabaja en las calderas culinarias desde los 18 y ha cultivado su olfato y su paladar en la prestigiosa escuela de Mai Hoffman, está grabando, poco a poco, sus señas de identidad en una carta heredada. Con el paso del tiempo -corto o largo, eso dependerá de las ganas de Carlota-, el arroz negro de sepia y butifarra negra con un toque de jengibre; las habitas, frutos secos, foie demi-cuit y manzana caramelizada; el rabo de buey, judiones y foie en dos texturas, y el geleé de gintonic, sorbete de limón y almíbar de ginebra irán ganando protagonismo a los huevos estrellados con foie y trufa, a las anchoas de Santoña, al tronco de merluza en dos cocciones y a la carne roja danesa a la piedra, y se convertirán en clásicos de una carta abierta a las inquietudes de la cocinera. La carne roja era exquisita y es merecedora de un futuro viaje a Dinamarca para montarme sobre la sirenita con la boca llena de carne roja. Pero ese gelée ha pospuesto cualquier viaje y que diga sin pesar: ¡qué bonita es Barcelona!

- Lo más: en el local se puede hablar sin necesidad de utilizar el audífono.

- Lo menos: la puerta, mal sellada, deja entrar al comedor los olores de la cocina.

- Dirección: Alba Granados. Calle de Enric Granados, 34. Teléfono 93 454 61 16

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