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Antifraude fuerza a Interior a paralizar una plaza para el ex jefe de los Mossos

El organismo investiga si se creó un puesto para que lo ganara Rafael Olmos

Jesús García Bueno

Rafael Olmos estaba a solo un paso de ganar una plaza de por vida en la Administración como técnico de seguridad viaria. El triunfo del ex jefe político de los Mossos d'Esquadra -destituido en 2009 por la carga policial contra estudiantes anti-Bolonia- estaba cantado, pues era el único de los candidatos que había superado las pruebas. Le faltaba pasar la entrevista personal. Pero Olmos tendrá que esperar. Quizá, para siempre. El Departamento de Interior ha tenido que paralizar el proceso, forzado por la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), que investiga si el departamento creó la plaza para que la ganara Olmos.

Los requisitos, las tareas y hasta el temario del puesto de facultativo de seguridad viaria creado por la Dirección General de Policía se ajustan como anillo al dedo al perfil de Olmos, como avanzó EL PAÍS. Bajo el primer Gobierno tripartito, Olmos dirigió el Servicio Catalán de Tráfico y ha estado siempre ligado al mundo de la carretera: inició su carrera como profesor de autoescuela. La semana pasada, Antifraude remitió a Interior una carta en la que le exigía "toda la información" sobre el concurso oposición, ya que uno de los aspirantes había "ocupado puestos de responsabilidad" en la cúpula del departamento.

Antifraude pretendía analizar la documentación para aclarar los hechos y, en su caso, "valorar una medida cautelar de suspensión". No ha hecho falta. Interior ha decidido avanzarse a los acontecimientos y ha paralizado el proceso "por respeto a un organismo tan importante", precisó un portavoz. La OAC, de reciente creación, persigue la corrupción y las conductas irregulares en el sector público. En el caso Olmos, Antifraude ha actuado de forma preventiva ante un posible caso de tráfico de influencias, lo que vulneraría un principio básico en el acceso a la función pública: el de igualdad.

Los informes preliminares de Antifraude señalan que el proceso adolece de "falta de transparencia" y que es, cuando menos, "éticamente cuestionable", avanzó ayer Televisión Española.

Lo cierto es que hay elementos en el proceso que llaman la atención. Apenas un mes después de ser apartado del cargo, Olmos fue recolocado como "asesor" en el Instituto de Seguridad Pública de Mollet del Vallès, donde cada año se forman los aspirantes a mossos y policías locales. En la relación de puestos de trabajo publicada en 2008 (o sea, antes de la dimisión de Olmos) no había previsto ningún puesto de facultativo de seguridad vial. Este fue añadido en abril de 2010. Y un tercer indicio: algunas de las personas que forman parte del tribunal que ha examinado a Olmos fueron sus subordinados en el pasado.

Los sindicatos policiales consideran que hay demasiados antecedentes sospechosos y puntos oscuros en todo el proceso como para pensar mal, e interpretan que el "traje laboral a medida" de Olmos es una forma de compensarle.

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En marzo de 2009, una dura carga de los antidisturbios en la manifestación de universitarios contrarios al proceso de Bolonia se saldó con 100 heridos entre jóvenes, mossos y periodistas. El entonces director general de la policía "pagó los platos rotos" de aquella actuación -que, a juicio del consejero Joan Saura, fue "desproporcionada"- y tuvo que irse.

"La plaza no era de vital importancia para el cuerpo de Mossos. Además, si mirabas el perfil, solo se podía relacionar con una persona. Esto, por desgracia, se ha ido confirmando", opina el secretario general del Sindicato de Policías de Cataluña (SPC), David José Mañas. "Interior no se ha escondido de nada. Ya dirá la oficina si lo que ha hecho es legal o no, pero en cualquier caso no es ético", sostiene Mañas, que alude con ironía a la creación, bajo el mandato de Saura, del comité de ética policial.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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