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Crónica:LA CALLE | De noche
Crónica
Texto informativo con interpretación

Artesanos del cóctel

"Primera barra americana de la ciudad, el señor Boadas ya supo convertir este espacio en una placenta para todo el que tuviera necesidad de mantener el equilibrio interior apoyado en un Dry martini o en un Manhattan". El autor de estas palabras, Manuel Vázquez Montalbán, ha sido uno de los muchos personajes del mundo de la literatura, la música, el cine y la farándula que se han acodado en la barra de la coctelería Boadas a lo largo de sus 74 años de historia.

El local es uno de esos rincones de Barcelona que se han ganado su singularidad a fuerza de mantenerse fiel a la filosofía que lo empujó a nacer. No hay carta de cócteles, pero el no iniciado cuenta con la diligencia de los camareros. "Usted dígame qué quiere que lleve el cóctel y yo le orientaré". "Ron", contesta el cliente. "¿Lo quiere dulce o ácido? ¿Largo o corto? ¿Seco o refrescante?", le interroga pacientemente el camarero. El cliente escucha aturdido, pero el resultado no defrauda.

El Boadas ofrece centenares de combinaciones posibles y los camareros se afanan en escanciar licores y sacudir la coctelera, chac-chac. Todo un arte. "Los chicos vienen sin saber nada, pero lo preferimos. Así no traen ningún vicio. Aquí se lo enseñamos todo", explica Jerónimo, un hombre que lleva 36 años detrás de la barra del Boadas.

Un gran dibujo en la pared reproduce la coctelería en la década de 1940. Hombres con gesto serio, engominados y tocados con el bigote de pincel típico de la época conversan entre sí mientras sostienen majestuosamente una copa. A su lado, elegantes mujeres ríen distendidamente. El mobiliario y la decoración del local apenas han cambiado desde entonces, pero sí el tipo de clientela. El año pasado el local colgó un cartel en el que prohibía la entrada a los clientes que no vistieran con decoro, ante la avalancha de turistas que hacían acto de presencia en chanclas y bermudas. El Ayuntamiento obligó a retirar el aviso por entender que era discriminatorio.

jbauza@elpais.es

Lo más: buenos cócteles en un bar con historia. - Lo menos: no esperen encontrar sillas y mesas. - Dirección: Coctelería Boadas. Tallers, 1. Barcelona.

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