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Con la demolición de la discoteca Titus desaparece una época

El emblemático edificio blanco de la playa de Badalona que acogía la discoteca Titus fue demolido ayer, por orden de la Demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente. Así, Badalona se queda sin uno de sus símbolos y pierde la que sin duda ha sido su discoteca más famosa y un punto de referencia fundamental de la vida social local de los últimos 100 años. Pero el Titus ocupaba desde hace años unos terrenos de la playa de Badalona que pasaron de ser privados a tener titularidad estatal, lo cual ha hecho inevitable su desaparición. Titus ha sido para Badalona mucho más que una discoteca. El edificio, perteneciente a la familia Fonollà, empezó a funcionar como baños de mar en 1880, actividad que ha mantenido hasta este último verano. En 1928 obtuvo la licencia como sala de baile. Durante este siglo ha acogido los típicos envelats playeros y en los años setenta se convirtió en discoteca. Hasta el miércoles estuvo en funcionamiento la pista de baile. Familias enteras, por generaciones, han bailado en Titus y no han sido pocas las parejas que se han enamorado allí, junto a sus famosos porches con fantásticas vistas al mar. Pero todo llega a su fin y, de hecho, el final de Titus se ha alargado más de lo previsto, puesto que ya desde 1984 hubiera podido ser demolida. Los recursos interpuestos por el propietario actual, Ramon Fonollà, han ido consiguiendo retrasar el derrumbe, pero el último recurso no ha sido contestado a tiempo por el juez.

Joan Guerrero
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