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Philippe Genty aborda sus traumas de la infancia en 'Passatgers clandestins'

El creador escénico Philippe Genty tenía seis años cuando su padre falleció en un accidente de esquí. Pero su madre ocultó la muerte, y él no supo la noticia hasta un año más tarde. En ese tiempo, Genty vivía la fase más intensa de su complejo de Edipo y, poco a poco, su subconsciente se fue cargando de un profundo sentimiento de culpabilidad que no superó hasta bien alcanzada la madurez. De sus traumas infantiles y de cómo logró resolverlos habla en su espectáculo Passatgers clandestins, que se presenta en el Mercat de les Flors hasta el próximo 7 de enero.A través de cinco actores, marionetas y objetos, Genty construye un espectáculo de teatro visual, sin palabras, en el que las imágenes lo explican todo. Es un lenguaje en el que Genty, autor y director del espectáculo, simboliza los sueños recurrentes que tanto le ayudaron a desvelar el origen de su desazón. El Genty niño vio desde lo alto de unas montañas cómo su casa de los Alpes era incendiada por los alemanes durante la II Guerra Mundial, y pese al dramatismo de los hechos los vivió casi como un juego. El Genty adulto soñó infinitas veces que ahogaba con sus propias manos a un hombre y, tras complejas sesiones de autoanálisis, comprendió que el sueño le representaba a sí mismo matando a su padre. El Genty creador reproduce en escena el incendio de la casa, que en su infancia sintió como una liberación porque con ella se quemaban también sus recuerdos y sus culpas.

"Todas las imágenes que utilizo tienen varios significados, como en los sueños, y cada espectador las interpretará de un modo diferente", explica el autor, que utiliza habitualmente el territorio onírico y del subconsciente como materia teatral. El espectáculo es la segunda parte de una trilogía sobre el tema de las personalidades múltiples (iniciada con El viajero inmóvil y cerrada con Dédale) y fue creado en Australia en 1996 a raíz de un encargo recibido en aquel país. En España se presenta con un reparto casi totalmente nuevo integrado por Fabrizio Chiodetti, Sonia Enquin, Meredith Kitchen, Abel Perraudin y Stéphanie Taillandier.

El título del montaje hace referencia, según Genty, "al nombre de los diversos personajes que están dentro del protagonista. Es un viaje que éste emprende con sus diversas personalidades, le vemos a través de varias etapas y pruebas y vemos también cómo se pacifica con sus propios conflictos". Pese al tema, afirma que no se trata de un espectáculo muy dramático, sino que en él "hay bastante ironía, en la frontera entre la angustia y el humor".

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