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Barcelona demolerá las edificaciones ilegales de la sierra de Collserola

Generalitat y Ayuntamiento acuerdan los límites del futuro parque natural

El futuro del pulmón verde de Barcelona empieza a aclararse. El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat escenificaron ayer el acuerdo que han alcanzado tras más de un año de negociaciones para definir los límites del parque de Collserola en su vertiente barcelonesa. Este importante anuncio vino acompañado de otro: las viviendas ilegales que se construyeron en la montaña durante el tardofranquismo serán demolidas. "Son edificios construidos sobre zona forestal y por tanto sin licencia. La demolición no supone ninguna novedad para los propietarios, porque desde hace tiempo saben que ocurrirá", afirmó ayer el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Ramon García Bragado.

Los propietarios serán realojados en viviendas públicas repartidas por la ciudad. Poco más se sabe de la medida. García Bragado no dijo cuándo entrarán las máquinas de derribo en la montaña ni cuántos inmuebles se verán afectados. Estas viviendas "son de diferente tipología, desde chabolas de autoconstrucción a otras edificaciones más sólidas", dijo el regidor.

Áreas de transición

No se tocarán, sin embargo, las urbanizaciones de Vallvidrera, el barrio de Cal Notari y Les Planes. Aunque permanecerán dentro de los límites del parque natural, se trata de núcleos urbanos consolidados en el pulmón verde barcelonés desde hace décadas. De hecho, estas urbanizaciones quedarán sujetas a una nueva calificación urbanística denominada Espacios Periurbanos de Regulación Especial (EPRE). Según esta nueva formulación jurídica, en las proximidades de estos núcleos urbanos todavía será posible construir equipamientos deportivos, culturales, sanitarios o educativos, aunque estos proyectos sólo serán aprobados después del preceptivo informe ambiental y de la autorización municipal. En ningún caso se podrán construir viviendas.

Las administraciones han diseñado otra tipología de EPRE, que funcionará como puerta de acceso y enlace entre el parque natural y la ciudad (véase el gráfico adjunto). En estas áreas se podrán habilitar caminos o instalar papeleras. Las dos tipologías de zonas de régimen especial suman 132 hectáreas, de las 1.697 que tendrá la vertiente barcelonesa del futuro parque natural. En total, el parque incorporará 51 hectáreas más de lo que estaba previsto en la Xarxa Natura 2000, una figura que ya daba a la sierra una buena dosis de protección.

La Generalitat espera aprobar la declaración de parque natural este mismo año. Salvado el escollo barcelonés, los técnicos del Departamento de Medio Ambiente reanudarán las conversaciones con los alcaldes de los otros ocho municipios colindantes para acabar de dibujar el mapa del futuro parque. Una vez fijadas las fronteras, el parque tendrá más de 8.000 hectáreas.

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Hectáreas y polémicas

A las numerosas polémicas que salpican todo lo que se refiere la declaración de Collserola como parque natural, se unió una nueva. El grupo del PP en el Ayuntamiento de Barcelona criticó ayer que el equipo de gobierno municipal había prometido que las zonas de transición ubicadas en los márgenes del parque sumarían 300 hectáreas, y no las 132 presentadas ayer. La tercera teniente de alcalde, Imma Mayol (ICV), había negado por la mañana haber alcanzado este compromiso.

Faltan por solucionar algunos conflictos que han enfrentado a los vecinos con las administraciones. Por ejemplo, la Generalitat ni afirma ni desmiente que construirá el túnel de Horta, una infraestructura que, según los ecologistas, partiría el parque en dos. También siguen las protestas por la construcción de una montaña rusa de 25 metros en la cima del Tibidabo. Y en el extremo oriental del parque, la casa ocupada de Can Masdeu probablemente tiene los meses contados.

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