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Barcelona supera a Madrid en ruido ambiental

Barcelona tiene la mitad de habitantes que Madrid, pero más ruido. La capital catalana supera el estruendo madrileño, según la percepción que tienen los ciudadanos sobre molestias acústicas: cuatro de cada diez barceloneses aseguran convivir con problemas de ruido en su vivienda, cifra ligeramente superior a la registrada en Madrid (3,5 habitantes de cada 10), según el estudio que el Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones presentó ayer. El informe concluye que Barcelona es una de las ciudades más contaminadas acústicamente de Europa. Así definen a España tanto la Unión Europea como la OMS.

De hecho, Madrid y Barcelona dejan muy atrás la frontera de 65 decibelios en que fija la OMS el límite acústico sin riesgo para la salud. El 34% de los barceloneses vivía por encima de ese umbral en 2001, según el Ayuntamiento. A falta de nuevos datos oficiales, los autores del estudio sospechan que la situación sigue sin mejorar. El 30% de los residentes en grandes ciudades afirman sufrir ansiedad y estrés por culpa del alboroto callejero. Uno de cada cinco dicen que les cuesta conciliar el sueño a causa del ruido. La mayoría (el 56%) señala un culpable concreto: el tráfico urbano.

Ruido administrativo

Las dolencias generadas por el ruido afectan a millones de españoles desorientados: apenas hay datos de medición sobre las zonas afectadas, tras sucesivos retrasos administrativos. Y sin determinar los problemas, tampoco se emprenden medidas para atajarlos. La Ley del Ruido, aprobada por el Gobierno en 2003, fijó cómo localizar las áreas donde debían actuar los municipios: los de más de 16.000 habitantes habían de elaborar un mapa del ruido antes de junio de 2007. Nadie hizo los deberes, según el Ministerio de Medio Ambiente.

El Ayuntamiento barcelonés, que elaboró un primer mapa en 1990, sigue empantanado desde 2003 en "adaptarlo a los criterios de la ley", según un portavoz municipal. "Es un trabajo complejo que requería más tiempo del previsto", se excusó este portavoz. La tramitación del mapa se hará el próximo verano y las medidas necesarias para sosegar las zonas más ruidosas no empezarán hasta meses después. Con suerte, poco más de un año de retraso. "Todo se ha demorado más de lo previsto", reconoce la Generalitat.

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