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La CCRTV quiere que la Generalitat asuma sus 1.000 millones de deuda

La emisora Catalunya Cultura cambiará de nombre y de filosofía

El director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), Joan Majó, espera que el Gobierno de la Generalitat asuma en 2007 los cerca de 1.000 millones de euros de deuda que el organismo arrastra para conseguir que en el presupuesto de 2008 no figuren cargas financieras derivadas de ella. Así lo anunció ayer en la comisión parlamentaria de control de la CCRTV, en la que, a preguntas de los diputados, informó de la propuesta de contrato programa que ha presentado al Ejecutivo.

El director de la CCRTV -que gestiona la televisión y la red de emisoras autonómicas- explicó en el Parlament que el proyecto de contrato programa del organismo, herramienta de planificación económica hasta 2008, se ha elaborado "con la voluntad no fácil" de hacer frente a una etapa de "gran expansión y crecimiento" con la "máxima contención". Majó recordó que al final de este periodo la CCRTV administrará siete canales de televisión -crecimiento propiciado por la implantación de la televisión digital terrestre (TDT)-, que "habrá un fortísimo incremento de nuestra actividad en Internet" y de la distribución de televisión a través de móviles.

Con el fin de "aumentar mucho los índices de productividad" de la CCRTV, Majó informó de que el contrato programa -que, según dijo, se ha elaborado teniendo en cuenta "el espíritu" de la futura ley de reforma del organismo- fija en sus cláusulas los indicadores que conseguir en distintos conceptos: audiencia, contenidos de servicio público, evaluación de calidad, gestión, tecnológicos, etcétera. Pero, a su juicio, "la mayor novedad" que incluye el documento es la asunción por el Gobierno de la Generalitat de los aproximadamente 1.000 millones de deuda para lograr que en el año 2008 ésta "sea cero".

Sólo la portavoz del grupo de Convergència i Unió (CiU) en la comisión, Marta Llorens, criticó con dureza la intervención de Majó sobre el contrato programa. La diputada le culpó de que TV-3 haya perdido el liderazgo en la audiencia "por falta de ambición" y echó de menos que el director general aspire a "tener unos medios de éxito". "A usted sólo le preocupa que le salgan las cuentas", lanzó.

En este apartado dedicado al contrato programa, la diputada Dolors Comas, de ICV, quiso saber si su aplicación implicará reducción de plantilla y preguntó si la futura reestructuración de Catalunya Cultura supondrá despidos. Sin extenderse, Majó respondió que "media docena" de los "30 o 40" profesionales que trabajan en la emisora se quedarán sin empleo. Luego, a preguntas de los periodistas, precisó que la nueva Catalunya Cultura saldrá por Sant Jordi con otro nombre -que rehusó dar- y una filosofía distinta. "La emisora estará dedicada sobre todo a las personas que son habituales consumidores de productos culturales", precisó. Y añadió: "Podrá escucharse como radio o descargarla en el iPod".

Rubianes, Cope

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La comisión de control trató también una de las polémicas que ha encarado TV-3 en las últimas semanas a raíz de los exabruptos de Pepe Rubianes en El club. A una pregunta del PP sobre el caso, Majó contestó que las palabras de Rubianes fueron "lamentables por el contenido y por el lenguaje utilizado", pero recordó que estas expresiones "son habituales" en las comparecencias públicas del actor. Justificó, en cambio, la actuación del presentador, Albert Om, de la que dijo que "no es en absoluto censurable", contrariamente a lo que ha opinado el Consejo Audiovisual de Cataluña.

Durante la sesión se vieron aún otros asuntos, como la queja de la diputada Marina Llansana (ERC) de que en Àgora, del 33, se invite a tertulianos como el que fue portavoz del Gobierno de José María Aznar Miguel Ángel Rodríguez o al periodista de El Mundo Casimiro García Abadillo. A lo que Majó adujo que la "presencia" de distintas "sensibilidades" en un debate no es superflua. "Nosotros no queremos ser ni dejaremos que nos llamen 'la Cope catalana", zanjó.

Una buena cena al año

Entre las obsesiones de Joan Majó, director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), desde que llegó al cargo está la de que el ciudadano catalán conozca cuánto le cuesta exactamente mantener la televisión -TV-3, K3/33, 3/24 y 300- y la radio -Catalunya Ràdio, Catalunya Música, Catalunya Informació y Catalunya Cultura- autonómicas. Un dato que no se ajustará a la realidad hasta 2008, cuando en los libros contables ya no figure la deuda acumulada de la CCRTV. En ese momento, su meta es, según afirmó ayer, "poder decirles a los catalanes que la televisión y las radios públicas le cuestan una buena cena al año". Majó cifró el coste del ágape "entre 60 y 70 euros".

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