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Las secuelas del vendaval

Caen 60 de los pinos de la Cripta Güell

Gaudí quiso que su iglesia en la Colònia Güell se integrara sin fisura en la bella pineda que rodeaba el edificio. En la última y polémica restauración realizada en la Cripta Güell, patrimonio de la humanidad, se arrancaron 17 de aquellos pinos lo que le costó al responsable de las obras una denuncia por delito ecológico. El vendaval del pasado sábado arrancó en pocas horas 60 de los árboles que rodeaban la cripta y, según fuentes del consorcio de la colonia, hay otros 60 afectados que tal vez tendrán que ser arrancados. El edificio histórico no ha sufrido daños, aunque dos grandes pinos han caído sobre la rampa con cubierta de zinc situada sobre el atrio -fruto de la última restauración- y no se conocerán exactamente los daños en esta estructura hasta que se hayan podido retirar los árboles.

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"La cripta que conocíamos ya no existe en su aspecto exterior", decía ayer Manuel Medarde, secretario de la comisión del obispado para la conservación de la cripta, que indicó que se encontraba el sábado en la iglesia cuando comenzó el vendaval que, afirmó, derribó unos 160 pinos en toda la colonia, en su mayoría centenarios. "Siempre llevo un equipo encima y anoté ráfagas de viento de hasta 163 kilómetros por hora", indicó. La junta de la Colònia Güell se reunirá hoy para estudiar las medidas que tomar.

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