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Cerdanyola congela el proyecto de 4.000 pisos junto al vertedero de Can Planas

El Ayuntamiento encargará un segundo estudio sobre la zona tóxica

El Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallès decidió ayer dar marcha atrás al proyecto de recuperación del vertedero de Can Planas, que iba a ser sellado subterráneamente antes de construir cerca 4.000 viviendas enmarcadas en el proyecto del Parc de l'Alba. El equipo de gobierno (formado por el PSC y CiU) defendía hasta ahora que la confinación de los residuos tóxicos (en lugar de su extracción) era la solución más viable, pero ayer anunció por sorpresa que el proyecto queda congelado y que pedirá una segunda opinión.

El plan elegido hasta ahora lo firmaba la consultora Idom, que elaboró cinco propuestas de recuperación para el vertedero tóxico a petición del Ayuntamiento y la Generalitat. Las ideas iban desde no hacer nada hasta vaciarlo y limpiarlo por completo. Valoró la de las barreras internas como la idónea por cuestiones técnicas, sociales, medioambientales y económicas, según un responsable.

El gobierno municipal, sin embargo, ha decidido encargar un segundo estudio que analice posibles soluciones alternativas. La alcaldesa de Cerdanyola, Carme Carmona (PSC), justificó la decisión aduciendo que las informaciones publicadas por EL PAÍS sobre la peligrosidad de los residuos que encierra el vertedero de Can Planas "pueden haber generado alarma social". Carmona confesó que la decisión la han tomado esta misma semana, así que no tienen detalles de quién realizará el estudio ni cuándo. En todo caso, encargar un nuevo informe le va al dedillo al PSC para hacerlo encajar con las reservas que hace un año ya expresó respecto al proyecto, cuando Antoni Morral (ICV) ocupaba la alcaldía con el apoyo de CiU. El PSC no había expresado de nuevo, hasta ayer, esas reservas.

La Plataforma por una Cerdanyola sin Vertederos, una agrupación vecinal que lleva años mostrando su disconformidad con el plan de recuperación del antiguo basurero de Can Planas, considera que la congelación del proyecto es una buena oportunidad para reanudar el diálogo, aunque se muestran escépticos sobre que el proyecto se modifique finalmente. El ex alcalde del municipio Antoni Morral (ICV) tampoco espera cambios. Por otro motivo: se mostró seguro de que "se llegará a la misma conclusión" con el segundo estudio y defendió que la anterior opción "es la mejor".

El proyecto debe servir para solucionar el problema que genera Can Planas, un antiguo vertedero de 18 hectáreas que está dentro de lo que hoy se conoce como Parc de l'Alba, un proyecto de 340 hectáreas que incluye zonas verdes, un parque científico y hasta un sincrotrón de partículas ya en funcionamiento. El problema es que esta pequeña parte del terreno (cerca de la cual iría la zona de viviendas) encierra 2,5 millones de metros cúbicos de tierra contaminada por residuos industriales (entre los que hay sales de aluminio, metales pesados e hidrocarburos, entre otros.). Aunque los últimos años estuvo bajo tutela de la Administración, entre los setenta y los ochenta se rellenó de manera incontrolada.

La solución aceptada por el Ayuntamiento y la Generalitat planteaba principalmente la construcción de un muro de hormigón bajo el suelo en el perímetro del vertedero y un sellado en su superficie. Costaría cerca de 34 millones y permitiría instalar encima una zona verde y, a unos metros, viviendas o comercios, aunque sin garajes ni sótanos profundos. Esta opción no gustó a los ecologistas ni a algunas asociaciones, ya que no supone la impermeabilización completa del vertedero y los lixiviados existentes (líquidos tóxicos que emanan de la basura acumulada) se pueden filtrar en el subsuelo. La opción ideal, defienden, sería vaciar el vertedero, limpiar sus tierras y volverlo a llenar. Esta idea también la estudió el Idom, aunque señaló que tenía inconvenientes, como la duración del proyecto (tres años de la limpieza), el impacto ambiental del traslado en camiones de los residuos y un precio elevado (más de 190 millones).

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Con el anuncio de ayer, el vertedero seguirá de momento como está. El Ayuntamiento de Cerdanyola confirmó que la construcción de las casi 4.000 viviendas justo al lado del vertedero también queda congelada, a pesar de que para hoy mismo estaba prevista en un pleno la aprobación de un documento que suponía un pequeño paso para la urbanización.

El equipo de gobierno decidió, en el último momento, retirar del pleno municipal la aprobación de ese documento: un convenio con la Generalitat que era clave porque debía servir como hoja de ruta para decidir aspectos del Parc de l'Alba (antes llamado Centre Direccional), como el número exacto de viviendas que construir y su ubicación concreta. Además era importante porque el Ayuntamiento no ha conseguido aprobar ni la modificación del Plan General Metropolitano ni el plan parcial de la zona, necesarios porque el plan urbanístico inicial, de 2005, tiene en contra tres sentencias judiciales del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJ) de ese mismo año. Entre otras cosas, porque el plan urbanístico no fue sometido a evaluación ambiental y porque se vulneraron las leyes urbanísticas y de protección del patrimonio. El Ayuntamiento ha recurrido las sentencias y ahora esperan una resolución. Con el convenio, sin embargo, se hubieran establecido unos mecanismos que le permitirían seguir adelante.

La alcaldesa justificó la congelación del convenio con la Generalitat con el cambio de Gobierno autónomo y afirmó que prefieren esperar a que la nueva ejecutiva esté constituida. Un cambio que hace unos días el Consistorio afirmaba que no iba a interferir en la aprobación (también el Incasol expresó que la llegada de CiU no pararía nada), pero que ahora les sirve de justificación para retrasar, una vez más, el plan urbanístico. El Consistorio también confesó que ahora "la preocupación no son los pisos", ya que "ni el Incasol tiene el dinero para construirlos ni la gente para comprarlos", remachó la socia de gobierno, Consol Pla.

Cementerio de residuos industriales

- Lo que fue el vertedero de Can Planas es hoy una gran explanada. La basura que esconde fue enterrada definitivamente en 1995, cuando fue clausurado.

- Aunque en los últimos años estuvo bajo la tutela de la Corporación Metropolitana de Barcelona, entre los setenta y los ochenta se vertieron residuos sin control.

- El vertedero tiene más de 18 hectáreas y su profundidad en algunos puntos supera los 40 metros. Oculta más de 2,5 millones de metros cúbicos de residuos. Algunos son inertes, pero una parte de ellos está catalogada como peligrosa, porque contiene materiales tóxicos e incluso inflamables.

- Can Planas tiene tres cubetas. La norte no contiene materiales delicados. En la noreste, sin embargo, se acumulan lixiviados (una sustancia tóxica que produce la basura acumulada y que pueden acabar filtrándose en las aguas subterráneas) y algunos residuos de hidrocarburos. En la sur, la más peliaguda, se localizaron, entre otros, niveles elevados de 15 metales pesados y "tortas salinas", que concentran cloruros lixiviales, muy tóxicas.

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