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Ciutadans acusa a Rosa Díez de azuzar la revuelta contra Rivera

El Parlament dará hoy una salida al lío del Grupo Mixto

Ciutadans-Partido de la Ciudadanía (C's) puso ayer, por primera vez y con dedo acusador, cara y nombre a quien consideran instigador de la rebelión que sufren en sus filas parlamentarias. La promotora no es otra que Rosa Díez, líder de Unión Progreso y Democracia (UPyD), que "utiliza" a los parlamentarios José Domingo y Antonio Robles para descabezar el grupo de Ciutadans en la Cámara catalana y boicotear esta formación política en Cataluña. La acusación la lanzó ayer Jordi Cañas, portavoz de C's para ofrecer una explicación a las deserciones de Domingo y Robles y sus maniobras para arrebatar al presidente de la formación, Albert Rivera, cualquier protagonismo. Los dos diputados han reclamado al Parlament que despoje a Rivera de la presidencia y portavocía del grupo.

La solicitud llevó ayer de cabeza a los servicios jurídicos de la Cámara, que deberán presentar hoy un informe a la Mesa del Parlament con algún tipo de solución a este alambicado conflicto. La Mesa deberá decantar la balanza a favor de Rivera, que pide la expulsión del grupo parlamentario de Domingo, o del lado de Domingo y Robles, que reclaman ser los representantes legales del grupo de Ciutadans y aislar a quien hasta ahora ha sido su líder. Las fuentes parlamentarias consultadas ayer por este periódico se decantan por dar la razón a Albert Rivera reconociendo, eso sí, que la salida será más política que jurídica.

El problema presenta varios frentes. Primero, Ciutadans no forma grupo parlamentario en la Cámara catalana, porque tan sólo dispone de tres diputados. El reglamento es puntilloso sobre el funcionamiento de los distintos grupos, pero no así del Mixto y sobre todo cuando los diputados que lo forman pertenecen al mismo partido.

Segundo, Rivera sólo ha llevado al registro del Parlament la solicitud de expulsión de Domingo, pero no de Robles, con lo que en principio este último todavía forma parte del grupo de Ciutadans. Pero la expulsión de Domingo no es firme hasta que la admita la Mesa del Parlament, cosa que debe producirse hoy. Y si se da vía libre a la expulsión de Domingo, cualquier petición que haya reclamado éste con la ayuda de Robles podría no ser válida, con lo que Rivera mantendría todos sus poderes. En ese caso, Domingo y Robles serían diputados no adscritos, un rol que se introdujo en el nuevo reglamento parlamentario para aislar a los diputados tránsfugas.

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