Cómic catalán y universal

Durante años fue considerado un arte menor, aunque el tiempo ha dado la razón a los aficionados al cómic y pronto los héroes de la viñeta se convertirán en pieza de exposición. Ayer se presentó el plan director del futuro Museo del Cómic y la Ilustración de Cataluña (MCIC), que esboza las líneas maestras que definirán el centro. Finalmente, se ubicará en la vieja fábrica de la CACI en Badalona y reunirá no sólo la obra gráfica de los principales autores catalanes, como parecía hace unas semanas cuando se anunció la sede, sino también los trabajos de los mejores dibujantes del mundo. El objetivo es, pues, que aspire a ser un referente internacional. La inauguración está prevista para 2012 y el presupuesto inicial es de 11,4 millones de euros. El Departamento de Cultura y el Ayuntamiento de Badalona financiarán el proyecto (8 y 3,4 millones, respectivamente). Para la Generalitat ésta es una apuesta "estratégica, no sólo por el peso industrial del sector -las editoriales catalanas facturan el 90% de las ventas del cómic en España-, sino también por su capacidad de influir en otros lenguajes", como señaló el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras.

El museo era una antigua demanda del sector, que reclamaba un centro a la altura de los que ya hay en Angulema, Bruselas y Nueva York. En sus 4.000 metros cuadrados, contará con una exposición permanente que recorrerá la evolución de la ilustración desde mediados del XIX hasta la actualidad, y con tres temporales que completarán la oferta. R + D + Il·lustració será un aparador para los nuevos creadores y el cruce de lenguajes entre las historietas y otras artes, como el cine; Territoris del còmic propondrá exposiciones en torno a un hilo argumental, como la ciencia ficción, la mitología del superhéroe y el erotismo, y Homenatge als creadors recuperará dos veces al año la obra de los grandes autores.

Para componer el fondo se recurrirá al patrimonio archivado y se incorporarán colecciones privadas de instituciones y particulares. "La compra se reserva para esas obras clave que ayudan a explicar la historia de la ilustración", señala Carles Santamaria, director del Salón del Cómic y miembro del consejo asesor de un museo que aún no tiene director. El MCIC tendrá un presupuesto anual de tres millones, aunque la mitad provendrá de los ingresos que genere el propio centro.