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El Conca se escuda en el Parlament

Guardans mantiene el pulso con Mascarell y asegura que los grupos políticos, no el Departamento de Cultura, decidirán el futuro del organismo que preside

"No hemos venido a hablar del Conca, sino de cultura", afirmó Francesc Guardans, presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conca), al presentar el Informe anual sobre el estado de la cultura y de las artes en Cataluña 2011, que han elaborado sobre las principales incidencias culturales del año pasado. Pero no pudo ser. El anuncio de que el Conca y otras entidades, como la Institució de les Lletres Catalanes, verán recortadas sus competencias con la entrada en vigor de la ley ómnibus, que prepara el Gobierno de Artur Mas -de cuyo Departamento de Cultura es consejero Ferran Mascarell-, ha hecho que las comparecencias públicas de Guardans sean seguidas con interés. No defraudó.

"No existe ánimo de confrontación con nadie, y menos con Cultura"
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"La ley no ha hecho nada más que empezar. Habrá que esperar a que el Parlament, que creó el Conca hace dos años con el objetivo de despolitizar la cultura y en el que, por cierto, CiU no tiene mayoría absoluta, se pronuncie", explicó Guardans.

Para el gestor, la actual crisis no puede ser excusa para adelgazar el Conca. "Si desaparecemos, el ahorro será mínimo, ya que nuestro presupuesto es apenas el 3,7% del departamento", recordó. Según explicó, el Conca ha pasado de administrar 15 millones de euros a los 11 actuales, de los que nueve se dedican a ayudas a la creación, a elaborar el informe anual y dotar los Premios Nacionales. "Si desaparecemos, este dinero no se ahorrará porque pasaría a administrarlo Cultura", dijo. "Estamos de acuerdo en que se racionalicen los recursos públicos y en la creación de la ventanilla única, pero no en el cambio de modelo que propone la ley", aseguró. "Nosotros también somos Generalitat, eso es lo que pone en mi tarjeta", dijo con firmeza. "Al distribuir recursos, el Conca también es poder ejecutivo".

Sin embargo, en presencia de todos los consejeros y del director del Conca, Norbert Tomàs -nombrado por sorpresa por Mascarell en mayo-, aseguró que no existe "ningún ánimo de confrontación con nadie y menos con el departamento, porque al final lo que debemos hacer todos es servir al país".

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El segundo informe del Conca es "una cartografía de la cultura", en palabras del filósofo y consejero Xavier Antich, que presidió el acto junto a Guardans. Aparte de de analizar 13 sectores de la cultura (arquitectura, artes visuales, cine, circo, danza, diseño y fotografía, entre ellos), focaliza su atención en la educación artística y el turismo cultural. De la primera, Antich aseguró que el Conca creará líneas de ayuda específicas para la educación artística, y respecto al segundo, pidió a la Generalitat que cree una oficina dentro de la Dirección General de Turismo para aprovechar la potencia del sector.

Entre las recomendaciones que el Conca da en su informe, figuran las siguientes: crear un espacio estable para exponer arquitectura, aumentar la difusión de las artes visuales, que la Generalitat apueste por un fondo de arte nacional y fomente el coleccionismo con una política fiscal razonable, y que el Instituto Ramon Llull no apoye solo a los artistas consagrados y vele más por los emergentes. Por otra parte, considera negativos el retraso y la incertidumbre sobre el Canódromo, y la falta de una feria tipo Arco. Asimismo, insta a que se busque distribución a todas las películas realizadas en Cataluña (96 el año pasado, de las que el 20% no se ha estrenado todavía), que no se olvide el cine independiente por el éxito del cine más comercial, que se repartan más las ayudas a la danza para que no recaigan siempre en los grupos más mediáticos, que se gestionen bien los archivos fotográficos y que la Generalitat defina un plan estratégico con unos objetivos y un calendario para salvaguardar este patrimonio (asegura que entregará un informe sobre el tema a la Generalitat en unos días). También llama la atención sobre el encogimiento de la oferta editorial en catalán, el peligro de la concentración editorial y la falta de publicación de ensayos.

"Como actividad económica la cultura catalana ha ido a menos y vive un mal momento, pero la creación, las ganas de ir adelante y la internacionalización son más fuertes que nunca. El sector resiste", remachó Guardans.

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