_
_
_
_
_

Concha Buika llenará el Palau en su adiós a la gira 'El último trago'

"La primera vez que actué en el Palau de la Música fue como corista de Tomeu Penya", recordaba ayer Concha Buika sonriente. Esta noche, la cantante mallorquina volverá a subir a este escenario que en solitario ya ha llenado en dos ocasiones en el marco del Festival de Jazz de Barcelona. "Es como si el Palau conservara el alma de todos los que han actuado allí, creo que es el mejor teatro del mundo y para un mallorquín hacer un Palau es el no va más", aseguró. Y eso que Buika ha pisado ya muchos escenarios. Ahora mismo acaba de volver de una gira por Estados Unidos en la que todo han sido elogios y en la que, explica, también ha incluido en su repertorio canciones en mallorquín "porque aunque no se entienda la letra da igual, pues al final siempre cantamos a las mismas cosas".

"Siempre dejo que la audiencia sea la que dirija el espectáculo"

Confiesa que aún no sabe muy bien cómo será el concierto de esta noche con el que cierra la gira de presentación de El último trago, el disco realizado en colaboración con Chucho Valdés en homenaje a Chavela Vargas que le ha valido un Grammy latino. "No lo tengo muy claro; siempre dejo que la audiencia sea la que dirija el espectáculo. Me gusta que haya libertad en el escenario. ¡Viva la improvisación!".

Vital y espontánea, Buika explicó ayer que se está carteando con Chick Corea, con el que en el futuro podría hacer una colaboración, y no para de trabajar en sus mil proyectos. A la espera del estreno del nuevo filme de Almodóvar, en el que interpreta dos canciones -"fue una experiencia muy divertida, pero el cine no es lo mío, es muy complicado", dice- en primavera publicará su segundo libro de poemas y afirma que ya está escribiendo el próximo. También está trabajando en un guión para un cortometraje -De la soledad al infierno, el primero, que ha dirigido su hermano a partir de una idea suya, se estrenará a principios de año- y, añade, "me gustaría aprender a cocinar dos o tres nuevos platos".

El de Buika es el penúltimo concierto del Festival de Jazz, que se acaba el jueves con el fin de fiesta de Swing, Swing, Swing!, concierto que unirá tres bandas: La Locomotora Negra, Barcelona Jazz Orquestra y Sant Andreu Jazz Band. Según Tito Ramoneda, director del festival, "pese a la crisis se ha mantenido el índice de ocupación entorno al 89%, igual que el año pasado". Siete conciertos, entre ellos el de Buika, han colgado el letrero de entradas agotadas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_