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LA DISPUTA ENTRE ESQUERRA Y LAS CUP | Cataluña tras el 27-M

Crece la competencia a ERC en el campo independentista

Enric Company

La vieja máxima política que aconseja no dejar nunca abierto el flanco izquierdo -el clásico pas d'ennemi à gauche- tiene algo preocupados a los dirigentes de Esquerra Republicana (ERC) después de las elecciones municipales. Es una preocupación relativa, pero real, porque está compensada por algunas grandes satisfacciones, como la de haber conseguido por vez primera la presidencia de una diputación provincial, la de Lleida, arrebatada a CiU. El partido de Carod compite, sin embargo, no sólo con CiU en el ámbito del nacionalismo y con el PSC e Iniciativa-Verds, en la vasta área del catalanismo progresista. También compite en el campo específicamente independentista con las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), formaciones asamblearias, muy minoritarias en el escenario general pero de larga tradición en algunas localidades, como Arbúcies (Vallès Oriental) y Sant Pere de Ribes (Garraf), por ejemplo.

Se trata de viejos conocidos, porque en las listas electorales de las CUP se integran, entre otros, candidatos del PSAN y el MDT, formaciones de las que proceden muchos de los actuales dirigentes de Esquerra. Los republicanos conceden el valor de síntoma inquietante al crecimiento experimentado por las CUP en las elecciones del domingo pasado, que les ha rebanado unos cuantos concejales con un discurso que, entre otras cosas, denuncia la "domesticación" del independentismo de ERC.

Las CUP han conseguido 38 concejales, 20 en candidaturas con sus propias siglas y 18 en listas conjuntas con grupos locales. De ellos, algunos duelen particularmente a Esquerra porque parecen dar plenamente la razón a la denuncia de domesticación. Las CUP han obtenido en Vic los dos concejales que ha perdido ERC; en Berga (Berguedà), Sant Celoni (Vallès Oriental) y Vilafranca del Penedès (Alt Penedès) se han hecho con el concejal que ha perdido ERC en cada uno de estos ayuntamientos. Las CUP han logrado entrar por vez primera en el Ayuntamiento de una ciudad de más de 100.000 habitantes, Mataró (Maresme). La reñida competencia en Mataró por estas franjas del electorado ilustra las causas de la inquietud: en esta ciudad, ERC ha sacado 2.439 votos, el 6,15%, dos concejales; las CUP, 2.172 votos, el 5,48%, un concejal.

Esta pugna es la que movió al secretario general de ERC, Joan Puigcercós, a proclamar el viernes en Vic que su partido va a imprimir "un giro nacional" a su actuación política, tanto a escala municipal como en el Gobierno catalán.

La lista de ayuntamientos en los que las CUP han entrado en plena competencia con ERC para convertirse, como dicen sus miembros, en "el referente de la izquierda independentista" es también ilustrativa. No se trata de cuatro pueblecitos. Es otra cosa. Además de los ya citados casos de Mataró, Vic, Berga, Sant Celoni, Vilafranca del Penedès, Arbúcies y Sant Pere de Roda, incluye los de Arenys de Mar (Maresme), Manresa (Bages), Molins de Rei (Baix Llobregat), Valls (Alt Camp) o Vilanova i la Geltrú (Garraf).

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