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Reportaje:

Cumbre de hadas, brujas y piratas

El CCCB acoge la tercera edición de Món Llibre, una fiesta de la literatura dedicada a los primeros lectores

Un Pinocho hermoso, plácidamente sentado, se deja acariciar la cara y las manos de madera por dos hermanas con idéntico vestuario en tallas distintas. A su lado, Gepetto vigila que nadie se exceda en las muestras de cariño hacia su criatura. Justo detrás, un Frankenstein mucho menos amistoso parece aguardar el momento oportuno de cumplir secretas amenazas. Nadie le hace demasiado caso. Mucho menos cuando, en el escenario vecino, alguien empieza a contar un cuento. Uno de los muchos que se oirán este fin de semana en Món Llibre, una cumbre de hadas, brujas, piratas y otras criaturas de cuento, dedicada a los lectores más pequeños, que esta tarde cierra sus puertas en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).

Dóciles dromedarios de cuerpo articulado, barcos de vela accionados a pedales, tartas gigantes con ruedas y dragones de dientes feroces y gesto amable son el paisanaje que ejerce de anfitrión en los distintos espacios del CCCB para esta singular fiesta de la literatura infantil, organizada por el Ayuntamiento en estrecha colaboración con los editores del ramo (que en esta edición son 45). "Es un meeting point entre los pequeños lectores y los libros", según lo describe Marta Vilagut, presidenta del Consell Català del Llibre Infantil i Juvenil. Un espacio lúdico en torno al mundo del libro que permita a los pequeños familiarizarse con sus personajes y aventuras, y un lugar donde estimular la imaginación y asociar los libros con un puñado de gratas experiencias.

Ajenos e indiferentes a cualquier definición, los niños tratan de pasarlo lo mejor posible con la enorme oferta preparada para ellos. La sala de maquillaje es un espacio muy concurrido. Tras dejarse estampar unos bigotes de gato o un parche de bucanero sensibles al agua, los maquillados hacen cola para verse el rostro en los grandes espejos preparados a tal efecto. Sin asomo de pánico escénico, muchos aceptan el trato de leer un cuento ante micrófono a cambio de llevárselo a casa.

Sesiones de cine, cursos de cocina impartidos por la Bruja Aburrida, sesiones de cuentachistes, talleres para confeccionar puntos de libro personalizados, exposiciones sobre la presencia de la ciencia en la literatura y la posibilidad de consultar libremente todos los títulos del género reunidos en las bibliotecas de Barcelona son algunas de las 150 actividades literarias y paraliterarias, ofrecidas por 120 animadores y 50 monitores, que comprenden el programa de Món Llibre. Por si alguien siente el deseo irreprimible de prolongar la fiesta en casa, dos paradas bien surtidas venden las últimas novedades editoriales. Frente a ellas la afluencia de público es mínima, a diferencia de lo que ocurre con el resto de la oferta, gratuita. Pero es que, como remarca Marta Vilagut, el objetivo de Món Llibre no es la venta inmediata, sino que pasa por una inversión a largo plazo: estimular la fascinación de los niños por las historias de papel y contribuir a que prenda en ellos el amor a los libros.

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