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Detenidos los dueños de dos prostíbulos por explotar a 30 mujeres

Los proxenetas se quedaban la mitad del dinero ganado por las rameras

Jesús García Bueno

El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a los propietarios de dos prostíbulos acusados de explotar a una treintena de mujeres y de lucrarse a costa de su trabajo. Algunas de las prostitutas, de origen brasileño, se encuentran en situación irregular en España y también han sido arrestadas por infringir la Ley de Extranjería. Los presuntos proxenetas se quedaban la mitad de las ganancias que las mujeres obtenían en los burdeles, situados en el distrito de Les Corts de Barcelona y Granollers (Vallès Oriental).

Los investigadores sospechaban que en el barcelonés Club Felina había diversas mujeres sin papeles. La policía irrumpió la semana pasada en el local e identificó a 2 empleados del club, 3 clientes y 14 mujeres de 11 países en total: España, Paraguay, República Dominicana, Nigeria, Ecuador, Portugal, Chile, Rusia, Bolivia, Rumania y Brasil. Las tres brasileñas no pudieron acreditar su estancia legal en España.

En uno de los locales trabajaban 14 mujeres de 11 nacionalidades

El dueño del club, un hombre de 34 años de origen francés, fue detenido por un delito de proxenetismo y otro contra los derechos de los trabajadores. Los clientes del Felina, un club de seis habitaciones que cuenta con permiso de bar musical con reservados para servicios sexuales, pagaban 20 euros por consumición y 80 euros por media hora de sexo con una de las chicas. Según los testimonios recogidos por la policía, las prostitutas y el dueño del local se dividían a partes iguales esas cantidades. El arrestado, sin embargo, declaró que las mujeres "sólo pagaban por el alquiler" de las habitaciones y que él no cobraba "ningún porcentaje sobre las consumiciones".

El segundo prostíbulo registrado se llama Costa Rica y es un club de carretera de Granollers. Los agentes de la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsificación identificaron allí a 15 mujeres, dos de las cuales estaban en situación irregular. El dueño del club, un español de 51 años, también se llevaba un pellizco de las ganancias de las prostitutas, aunque menor (el 25%).

Dos de las mujeres que trabajan en el Club Felina y en el Costa Rica explicaron ayer a este diario que ejercen la prostitución porque no tienen "más remedio", pero que lo hacen de forma voluntaria. Las prostitutas, que pidieron el anonimato, coincidieron en que piensan seguir trabajando para poder enviar dinero a sus países.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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