Duran mina las expectativas de CiU al vaticinar una mayoría absoluta del PP

Convergència i Unió tiene encima de la mesa un conflicto de importantes proporciones. Las encuestas internas le vaticinan para el 20 de noviembre uno de sus mejores resultados en unas elecciones generales. Pero estos mismos sondeos le dicen que el PP va raudo y veloz hacia una mayoría absoluta al menos tan potente como la que consiguió José María Aznar. Con este panorama, de poco le servirían a CiU sus 16 o 17 diputados en el Congreso. El concierto económico, el reclamo electoral casi monotemático que los nacionalistas pretendían exhibir en campaña electoral no tiene, en este contexto, casi ninguna posibilidad de llegar a buen puerto. Ayer el propio candidato nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida, admitió que está convencido de que el PP tendrá mayoría absoluta.

El objetivo de los nacionalistas ahora es que el desánimo no cunda en su electorado y se dé por vencido antes de tiempo. Por esta razón, Duran está intentando diversificar su mensaje electoral. Aunque Artur Mas y su núcleo duro lo reducen todo a concierto económico sí o no, Duran quiere hablar también de medidas económicas liberalizadoras. En muchos casos estas coinciden con las que propone el PP, por lo que CiU podrá esgrimir ciertos éxitos en el futuro en caso de que un gobierno encabezado por Mariano Rajoy las acabe poniendo en práctica.Duran explota estos días tanto como puede el hecho de ser el único candidato catalán designado ya formalmente por su partido. De ahí que, pese a encontrarse de vacaciones, mantenga una agenda pública con apariciones casi diarias para asegurarse protagonismo en pleno agosto.

Ayer, desde Begur (Baix Empordà) expuso cómo está elaborando Convergència i Unió su programa en relación con las elecciones. Explicó que este girará en torno a cuatro mesas sectoriales: en primer lugar, reactivar la economía productiva y generar ocupación; en segundo lugar, preparar el futuro, centrándose en uno de los sectores más afectados por la crisis, los jóvenes.

La tercera mesa se centrará en la cohesión social y la igualdad de oportunidades, por ello CiU ha anunciado que se erigirá como "defensor de las clases medias" y que lucharán contra la pobreza. Este último punto ha quedado en entredicho los últimos días con el caos organizado por el consejero de Empresa, Francesc Xavier Mena, con el pago de la renta mínima de inserción. Finalmente, otra mesa abordará asuntos relacionados con la mejora de la calidad democrática.

La petición del concierto económico para Cataluña, que es la exigencia que hace Convergència i Unió para colaborar de forma estable con el futuro gobierno, no aparece en ninguno de estos cuatro capítulos. Sin embargo, Duran aseguró que es el envoltorio del conjunto de su programa. "El pacto fiscal dará justicia a los catalanes y permitirá a Cataluña tener más dinero para mejorar la economía productiva y los demás objetivos que tiene CiU en campaña", aseguró. El candidato también rehuyó hablar ayer de convertirse en ministro de Mariano Rajoy, asunto que incomoda especialmente a sus socios de Convergència.

Más allá de las reivindicaciones concretas de CiU, Duran quiere tejer un discurso que le permita situarse entre PSOE y PP. De hecho, ayer reivindicó CiU como "tercera vía" política y lleva días culpando casi por igual a los dos grandes partidos de la actual situación de crisis económica. A los socialistas les reprocha haber llevado España "a la ruina". Al PP le acusa de haber actuado de forma irresponsable. En opinión de Duran, la tercera vía que propone CiU ayudaría a salir de la crisis y criticó a PP y PSOE por no ponerse de acuerdo ni en una cuestión tan básica como es el terrorismo.