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LA CALLE / En la 'web'
Columna
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Enriqueta Martí

Tomàs Delclós

El criminólogo de los Mossos d'Esquadra Marc Pastor ha ganado el premio de novela negra creado por el citado cuerpo policial con la obra La mala dona. El relato se inspira en un personaje barcelonés, Enriqueta Martí (1868-1912), de la dimensión criminal de Jack el Destripador, pero con menos pompa y tinta.

Como era de esperar, este premio policial recae en una historia en la que el criminal fue detenido. En este caso por el empeño de un brigada municipal, porque el gobernador civil de la época, Portela Valladares, sumiso a las conveniencias de algunos prohombres, estaba particularmente interesado en negar "la habladuría populachera" de que en Barcelona había una plaga de secuestros infantiles en los barrios pobres. Martí fue finalmente detenida y acusada del secuestro y asesinato de varios niños cuya sangre utilizaba para pócimas que, supuestamente, devolvían la juventud a sus acaudalados clientes.

El personaje es tan importante como para tener una entrada en la Wikipedia en inglés, aunque ahí se asegura que terminó ejecutada, mientras que Pedro Costa, en un documentado artículo en este diario, de 31 de diciembre de 2005, afirma que Martí falleció en el patio de la cárcel linchada por sus compañeras. "Se especuló que antes de ser golpeada ya estaba muerta, envenenada por encargo de alguien interesado en su desaparición". Lo único cierto es que aquella noche más de uno durmió tranquilo.

La obra de Pastor no es la primera sobre el tema. Por Internet, puede localizarse un libro de Pierrot, Los diarios de Enriqueta Martí, de 2006 (Morales i Torres), y otro de Fernando Gómez (El misterio de la calle Poniente, editada por Huerga y Fierro). El personaje, además, por el lado vampírico merece la atención de muchas webs dedicadas a los misterios esotéricos. Es más, se han abierto páginas bajo su invocación como enriquetamarti.wordpress.com/ (que se define atrevidamente como "un lloc de trobada per a gent de Barcelona") o www.enriquetamarti.com/ (pariente de la otra y que reivindica el nombre de una barcelonesa injustamente olvidada). Ambas no demuestran ninguna actividad.

Un dato aportado por www.documentant.net: uno de los traperos a los que supuestamente Martí vendía sacos con los huesos de sus víctimas fue Joan Amades, futuro y célebre costumbrista. Obviamente, Amades nunca mercadeó con este material, sólo le había comprado bolsas de pan seco.

Está bien que los Mossos den un premio literario para fomentar el imaginario de su oficio. Ahora sólo falta que en alguna serie de TV-3 o película nos muestre un mosso malo. Las mejores policías tienen un brillante lado oscuro en la ficción. En TV-3, sin embargo, hay una enorme indulgencia narrativa con los mossos. Hubo uno psicópata muy malo, en Ventdelplà, pero lo expulsaron del cuerpo.

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