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Estética de la ideología en Asier Mendizábal

El punk, posiblemente la formulación estética más lograda de una ideología antisistema, es el principal referente, junto al cine soviético de vanguardia, de la obra de Asier Mendizábal (Ordizia, 1973), que se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) hasta el 18 de mayo. Aunque abarca casi una década de trabajo, el comisario, Peio Aguirre, prefiere no denominarla retrospectiva, sino prospectiva: un conjunto de una veintena de piezas independientes que, gracias al montaje, conforman una especie de mapa de las ideas de Mendizábal.

A partir de alusiones simbólicas a los movimientos políticos y su parafernalia iconográfica, y a las subculturas callejeras que se aglutinan alrededor del rock político de Clash, Dead Kennedy o Joy Division, Mendizábal investiga el concepto de masa y sus formas de representación. En una búsqueda constante de la herramienta expresiva más adecuada, alterna escultura, instalación, diseño, cine, vídeo y escritura, para reflexionar sobre la ideología, especialmente la de izquierdas, como factor aglutinante de los individuos.

La severidad del enfoque no impide ciertos guiños irónicos, como los dos espejos, convertidos en pósters de Hors d'État, el documental sobre el conflicto vasco que el irlandés Arthur Mac Caig realizó en 1983 o la fotografía del conflictivo monumento a Marx y Lenin que erigieron ciudadanos del barrio bilbaíno de Otxarkoaga.

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