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Un modelo en crisis

"Faltan quirófanos, falta personal. Le pedimos disculpas"

El hospital Joan XXIII de Tarragona suspende una operación por los recortes, aunque luego trata de negarlo

Los recortes en la sanidad ya afectan a los pacientes: Antonio García, vecino de Reus de 58 años, tenía que ser operado por una hernia discal en el hospital Joan XXIII de Tarragona. Minutos antes de entrar en el quirófano, el médico canceló la operación argumentando falta de quirófanos y de personal. "Ingresé el domingo, hice el preoperatorio y el lunes me levanté a las seis de la mañana; me duché, me depilé el cuello, me pusieron el suero y, cuando ya llevaba incluso el gorro puesto para entrar en el quirófano, llegó el médico y me envió a casa, diciendo que no me podía operar por culpa de los recortes", explica Antonio en el salón su casa. "Le dije al médico que era vergonzoso y me dio la razón. Se giró y se fue sin ni siquiera pedirnos perdón", añade su hijo Álex, que acompaña en todo momento a su padre.

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La justificación también quedó reflejada en el informe de alta que le entregaron: "Dadas las circunstancias actuales del sistema (falta de quirófanos, falta de personal), no hemos podido cumplir con nuestra intención de operarlo porque hay pacientes con lesiones oncológicas y mielopáticas de mayor urgencia. Le pedimos disculpas". Como única alternativa, le dieron la oportunidad de exponer sus quejas en una hoja de reclamaciones y le citaron para el 3 de mayo. "Escribí la reclamación señalando que no estaba de acuerdo con sus explicaciones. Mi operación estaba programada antes de los recortes y al menos me podían haber avisado", afirma Antonio.

Padeció un accidente de coche el 24 de octubre y desde entonces está de baja con fuertes dolores, por lo que tiene que tomar calmantes. "Voy de la cama al sofá, y las molestias se extienden a los brazos y al cuello", se queja. Al principio hizo rehabilitación, pero como el mal persistía, intentó pedir hora con un neurólogo. Era el 21 de enero y en el hospital le daban cita para el 7 de julio, así que decidió ir a una mutua privada y volver al centro público ya con un diagnóstico firme. "Tuve que pagar 100 euros por culpa de las listas de espera porque me moría de dolor, llevo cotizando en la Seguridad Social desde 1966. No es justo", dice. Cuando salió del hospital, bártulos en mano, se sentía tan impotente que llamó al Diario de Tarragona, que ayer publicó el caso.

El hospital Joan XXIII, en un comunicado, contradice la versión del facultativo al señalar que la cancelación de la operación no fue debida a los recortes sanitarios, sino a errores informáticos. Un portavoz del centro va más allá y se desmarca del documento que el médico facilitó al paciente. "Ese informe no responde a la realidad", afirma tajante.

Sin embargo, García expone que, después de haber explicado su historia a la prensa, el director del hospital lo ha llamado para pedirle disculpas. Apenas una conversación de dos minutos en la que, según relata, el responsable del centro le expuso lo mismo que el médico: "Me ha dicho que todo es por culpa de los recortes y me ha ofrecido operarme el día 17 de abril".

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En el Joan XXIII, los recortes en los gastos han llegado hasta el punto de que no se sirven botellas de agua en las comidas y las madres de los niños ingresados no reciben menú.

Pero lo más problemático son los 250 despidos que se prevén a partir del 1 de mayo con el cierre de quirófanos y la supresión de camas hospitalarias.

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