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Felipe González sale al rescate del PSC

Montilla y el ex presidente se alían para movilizar el voto socialista

Nadie habría dicho ayer en Badalona (Barcelonès) que las encuestas auguran al PSC una dura derrota: 1.500 personas apretujadas llenando el pabellón del barrio de Llefià y un entusiasmo desbordante que dominó uno de los mítines principales de la precampaña socialista. La mayor ovación se la llevó el invitado: el ex presidente del Gobierno Felipe González, que acudió al rescate del PSC y de su primer secretario, José Montilla, para movilizar a un electorado de izquierdas hastiado por la crisis y totalmente desmovilizado ante los comicios del 28-N.

El ex presidente, en 45 minutos, no hizo referencia a las elecciones catalanas, pero tampoco hacía falta. Se centró en defender las reformas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que pueden costarle caras a Montilla. El PSC teme que su electorado, que normalmente se hace oír con fuerza en las elecciones generales, no solo muestre su habitual timidez en las autonómicas, sino que, además, ejerza un voto de castigo por la respuesta de Zapatero a la crisis. De ahí la presencia de González, que cotiza ahora más alto que el presidente para el votante socialista tradicional, que Montilla necesita como agua de mayo.

"Me gustaría quedarme hasta el final de la campaña", dice el ex mandatario

Todo ello en un escenario elegido con especial esmero: el barrio de Llefià, el lugar escogido por el Partido Popular (PP) para avivar los problemas de convivencia e incendiar la campaña con sus propuestas sobre inmigración. González lo criticó duramente: "El inmigrante trabaja para quien le puede pagar y vive donde lo puede pagar, en las zonas más humildes. Y allí es donde vienen los demagogos y xenófobos que los contratan irregularmente para sacar votos miserables".

El ex presidente no decepcionó con su discurso. Fue aplaudido hasta la saciedad por un auditorio entregado al que deleitó con una explicación, muy pedagógica, sobre las reformas económicas. "Cortar, hay que cortar, pero unos cortan más por un lado y otros, por otros", ilustró González para explicar que, pese a que toda Europa se ha visto obligada a dar un tijeretazo presupuestario, el Gobierno ha dado un enfoque solidario al ajuste. Y fue más allá, elogiando la valentía del Ejecutivo para emprender la reforma de las pensiones y reclamando un cambio en el sistema económico.

El problema, según el ex presidente, es que Zapatero no ha sabido explicar bien las reformas y, por ello, "la izquierda está desconcertada". Para motivar a este electorado, alertó contra el auge de la derecha en Europa y Estados Unidos. "Lo que quiere la derecha es que cada uno se arregle como pueda", cerró González.

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Montilla asistió encantado a la lección del ex presidente, que le piropeó por representar "la fuerza tranquila, eso que tanto se agradece en momentos de agitación". González se ofreció hace unas semanas para ayudar al PSC y ayer lo refrendó. "Me gustaría quedarme aquí hasta el final de la campaña. Estoy a gusto", proclamó entre aplausos del público.

"En estos días necesitamos todo el apoyo, toda la fuerza y todas las ideas", dijo Montilla para agradecer la presencia de González. El presidente de la Generalitat centró su discurso en su principal rival, Artur Mas, al que acusó de "no ser de fiar" por poder pactar tanto con el PP como con ERC. Y pidió a los socialistas que se conjuren para remontar los resultados adversos: "El reto que os propongo es posible y necesario. Con vosotros podremos ganar este combate. Si estamos todos juntos, lo puedo ganar".

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