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Ficosa y Comsa asumirán "la mayoría de la plantilla" de Sony

CC OO pide que se abra una mesa de negociación

Sony mantendrá en España su actividad de mercadotecnia y ventas, que emplea a cerca de 400 personas, y dejará además en Barcelona el diseño y la investigación sobre televisores en Europa, aunque los subcontratará. Esta realidad permitió ayer a Pedro Navarrete, presidente del grupo nipón en España, afirmar con vehemencia: "Sony no se va". Sin embargo, a partir del próximo enero, cuando se complete su pacto sin precedentes con las catalanas Ficosa y Comsa Emte, el último gigante de la electrónica de consumo que quedaba en Cataluña con 40 años de actividad dejará de fabricar televisores en Viladecavalls, y contratará esta producción -este año, de 1,4 millones de unidades- a Ficosa y Comsa Emte durante dos años y no más. No hay previsiones de producción pactadas para 2011 ni para 2012.

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Ampliar la base de la producción a nuevos productos de la órbita de los nuevos gestores del centro de Viladecavalls (Vallès Occidental) será uno de los retos industriales de Cataluña a partir de ahora. Sony no ha desvelado el coste de una transacción que le supone ceder a Ficosa y Comsa Emte sus terrenos, naves, edificios y, sobre todo, "una mayoría de empleados" del centro tecnológico, que emplea a poco más de 1.100.

CC OO de Cataluña, que criticó el cierre de fábricas de Sony (quedarán cuatro en el mundo, en China, Malaisia, Brasil y Japón), pidió una mesa y calendario de negociación con ambas empresas y discutir las condiciones laborales de la nueva etapa. No ha habido intervención de la Generalitat ni en la búsqueda de socios, ni con dinero. "De eso ni se ha hablado", aseguró Navarrete. "Lo fácil habría sido tirar por la calle de en medio, lo fácil era la solución traumática", confesó el presidente de Sony España. Sony agradeció la "valentía" de las dos empresas catalanas a las que en plena crisis pasará el testigo. "Hemos sentado un precedente, el listón está muy alto", añadió de cara a otras compañías que sí piensen en desmantelar sus instalaciones, sin más.

Pese a todo, en la plantilla existen "muchos nervios", comentaba ayer un trabajador. A las seis de la mañana de ayer, los trabajadores de Viladecavalls que empezaban su turno se encontraron con una sorpresa: había montada una tarima y un escenario en medio del almacén. Fue la comidilla de los trabajadores toda la mañana. "Parecía que iba a actuar Shakira", bromea un empleado. A la una de la tarde, se desveló el misterio. Apareció Navarrete y confirmó la venta de la fábrica -a precio simbólico, según fuentes próximas a la operación-, que durante días ha sido la máxima preocupación de la plantilla.

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Las explicaciones no lograron tranquilizarles. Hubo pocas concreciones para sus dudas y temores. Si se mantiene "una mayoría" de la plantilla, una minoría de despidos se da por segura, y no se sabe ni a quiénes ni a cuántos afectarán. "Eso está por hablar ahora, pero serán los mínimos necesarios", dijeron fuentes de las empresas compradoras. Otro interrogante es si los nuevos dueños mantendrán las condiciones, categorías y antigüedades de los trabajadores, cosa que preocupa especialmente a los que llevan 40 años trabajando en Viladecavalls.

Los trabajadores también piden el derecho de decidir sobre su futuro: o rescindir los contratos con una indemnización que pagaría Sony o seguir trabajando bajo las órdenes de la nueva empresa y con las condiciones que se pacten. Esta posibilidad se dio a la plantilla del almacén de Castellar del Vallès que Sony vendió el pasado mes de febrero. Los empleados se quejan de que la empresa rechaza este aspecto.

Iván Muñoz, presidente del comité de empresa, recordó el elemento positivo de la venta, al recordar que "al menos la fábrica no se cierra". Pero aun así, los trabajadores se muestran más desconfiados con las empresas compradoras: de Ficosa, por los problemas económicos que le atribuyen, y de Comsa Emte, que la mayoría desconocía pese a que es uno de los líderes en tecnología e infraestructuras. Representantes de ambas reunirán a los trabajadores para explicar sus intenciones. "Mañana

nos levantaremos, nos pondremos la bata de Sony, pero vendremos a trabajar inquietos".

El centro de Viladecavalls se dividirá en dos empresas. Una propiedad 100% de Ficosa, dedicada a fabricar productos electrónicos de alto valor añadido para la automoción, incluido el coche eléctrico, y que ocupará al 85% de la plantilla que se quede. La segunda empresa, al 50% de Ficosa y 50% de Comsa Emte, estará dedicada a ingeniería, investigación y desarrollo de producto, que permitirá potenciar la innovación y empleará al 15% restante.

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