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Fira de Barcelona exportará salones a Asia y América a partir de 2011

La entidad prevé que el 30% de su negocio proceda del exterior en cinco años

Lluís Pellicer

Transcurridos 90 años desde que la capital catalana albergara su primera feria de muestras, Fira de Barcelona quiere despegar de la plaza de Espanya y explorar los mercados asiático y latinoamericano. La institución exportará a estos mercados -en especial a Singapur, Vietnam, China, India y Brasil- los salones que mejor funcionan en Barcelona. El director general de la entidad, Agustí Cordón, aseguró ayer que los planes de Fira pasan por que en cinco años el 30% de la facturación proceda de la actividad en el extranjero.

La internacionalización de Fira de Barcelona se apoyará en las 33 delegaciones que la entidad de titularidad pública ya tiene en todo el mundo y se basará en tres fórmulas. La primera pasa por reproducir los salones de referencia de Barcelona en otros mercados, preferentemente los de los sectores industrial, hostelero y los de construcción y piscinas. Para ello, la entidad planea montar pabellones en ferias de estos países en los que podrían participar empresas catalanas a las que se ofrecería un paquete con un precio cerrado para participar en la feria.

La institución ha sacrificado ingresos para mantener todos los salones

La segunda vía para dar el salto es organizando salones en el extranjero directamente. Y la tercera, vendiendo a otras entidades feriales servicios de tecnología y gestión, por ejemplo, el sistema de acreditaciones. El primer paso de esta internacionalización, aseguraron fuentes de la entidad, se producirá durante el primer semestre de 2011.

"La Fira se está repensando con un nuevo plan estratégico que se ha definido como una nueva propuesta de valor, y es la mejor respuesta ante la crisis", aseguró el alcalde de Barcelona y presidente de la entidad, Jordi Hereu.

Fira cerrará 2010 con unos ingresos de 101 millones de euros, el 5% menos de lo presupuestado, y un beneficio operativo bruto de 11 millones. La facturación es inferior a la de los dos últimos ejercicios, pero la entidad recordó ayer que, como ya hizo el año pasado, ha decidido sacrificar rentabilidad a cambio de mantener a rajatabla el calendario de salones. De hecho, estos aumentarán de los 57 de 2010 a 65 en 2011. Según la entidad, además, el 40% de los ingresos procede de la venta de servicios y el 15% proviene de los salones que se han ido lanzando en los tres últimos años.

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"Hemos hecho frente a la compleja situación cumpliendo con nuestra misión de respaldar a los sectores económicos, favorecer las oportunidades de negocio y generar actividad en Barcelona y su entorno", señaló el presidente del consejo de administración de la entidad, Josep Lluís Bonet.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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