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La Generalitat alerta de que en Cataluña faltan 12.500 ingenieros

El Gobierno catalán fomentará la vocación técnica en la ESO

Cataluña cojea del pie tecnológico: a la escasez de 12.500 ingenieros, necesarios para igualarse a la media de la Unión Europea, se solapa una evolución de titulados en franco descenso. Ambos factores ampliarán la brecha de profesionales entre Cataluña y la UE hasta los 25.000 titulados; 55.000 si la comparación se centra con los países más desarrollados del continente. La Generalitat se comprometió ayer a revertir esta tendencia mediante el programa EnginyCat, que implicará a las escuelas para que fomenten los alicientes de las licenciaturas técnicas entre el alumnado de ESO. También repartirá unas 750 becas a los estudiantes de último curso: los más avezados podrán ejercer de mentores de cinco estudiantes noveles a cambio de 400 euros al mes.

El Gobierno catalán está convencido de que la vocación técnica lleva años en crisis por estar asociada a un binomio poco prometedor: mucho esfuerzo y mínimo salario. Esta percepción se tratará de contrarrestar entre los alumnos de 12 a 16 años, en edad de definir su profesión. "Las ingenierías no están de moda", razonó el consejero del Departamento de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet, que capitanea el proyecto. En él ha asignado tareas para otros tres departamentos: el de Educación debe promover las carreras técnicas; el de Administraciones Públicas buscará encajar la desigual curva de oferta y demanda de estos profesionales, y el de Acción Social y Ciudadanía fomentará las ingenierías entre las estudiantes. Se trata de la tarea pendiente de las carreras técnicas, que cuentan con apenas el 20% de alumnas, mientras que la presencia femenina en la universidad supera el 54%.

Huguet desveló que está negociando para vender el atractivo de la ingeniería incluyendo profesiones técnicas en series de la televisión pública. "Ayudará a fomentar su popularidad", adujo. Nada dijo de las otras limitaciones que acosan esta profesión. Las resume Albert García, barcelonés de 29 años e ingeniero industrial tras siete años de carrera, con dominio del inglés y el alemán y un sueldo bruto de 18.000 euros al año. "Si quieren ingenieros, lo que deben fomentar son nuestras nóminas. Los estudios son duros y, cuando acabas, el panorama es desolador", relata.

El problema de la baja remuneración no se recoge en el plan de Huguet. El consejero sí concedió que la ausencia de titulados puede explicarse, en parte, por la dureza de una carrera exigente: la tasa media de abandono en las ingenierías roza el 40%.

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