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La Generalitat da luz verde a un lago artificial en el Pla de Beret

El embalse tendrá ocho hectáreas y se nutrirá de un estanque natural - Baqueira usará el agua para hacer nieve artificial - "Es un atentado", dicen los ecologistas

El Departamento de Medio Ambiente, cuyo titular es el ecosocialista Francesc Baltasar, ha dado luz verde a la construcción de un gran lago artificial en el Pla de Beret, a una altitud de 1.880 metros. El embalse es un anhelado proyecto de la estación de Baqueira Beret para aumentar la reserva de agua necesaria para hacer nieve artificial.

El lago será construido como una gigantesca balsa agrícola con fondo plástico que ocupará una superficie de ocho hectáreas, 4,9 de las cuales corresponden a la lámina de agua y el resto al contorno, que será acondicionado para mitigar el impacto sobre la zona. Su profundidad media rondará los 13 metros y tendrá una capacidad de más de 300.000 metros cúbicos de agua.

A pesar de que será construido sobre una depresión del terreno (ahora ocupada por humedales) para reducir los movimientos de tierra necesarios, el impacto sobre la zona será muy importante: habrá que excavar y mover unos 150.000 metros cúbicos de tierra y el embalse se nutrirá de agua de un arroyo vecino, el río Malo, y del lago Baciver, un estanque natural cuyo ecosistema ya resultó gravemente dañado en 1990 por la construcción de una presa en una de sus orillas.

Ipcena, la principal entidad ecologista de Lleida, se opone al proyecto y lo califica de un "atentado y una barbaridad" porque afecta al Pla de Beret, una de las áreas paisajísticas más bellas y relevantes del Pirineo. El lago proyectado se sitúa muy próximo al nacimiento de los ríos Noguera Pallaresa y Garona, una zona de elevada vulnerabilidad y de máxima protección por su riqueza ecológica, interés piscícola y presencia de notables comunidades de macroinvertebrados y algas. La Generalitat admite en la declaración de impacto ambiental del proyecto la existencia de especies animales protegidas o sensibles presentes en la zona, entre las que destacan el águila dorada, el quebrantahuesos, el buitre, el halcón peregrino, la perdiz blanca, el urogallo, la lechuza pirenaica, la nutria, el oso pardo, el gato montés y el armiño.La posibilidad de fabricar nieve cuando esta no cae del cielo es un seguro de vida para las estaciones de esquí en temporadas críticas. La mayor parte de las inversiones realizadas en los últimos años por los complejos invernales del Pirineo catalán se han centrado en mejorar su capacidad de innivación artificial.

Aurelio Bisbe, director general de Baqueira, afirma que la empresa ha sido muy escrupulosa en las cuestiones ambientales y que el impacto visual y sobre los ecosistemas será nulo. "Hemos procurado cambiar lo menos posible el terreno y que la balsa se parezca a un lago natural. Además, el agua que acumularemos en los meses de mayo y junio para aprovecharla en invierno es sobrante, procede de los deshielos", añade Bisbe.

Baqueira ha solicitado también una ampliación de las concesiones actuales para alargar el periodo de captación del río Malo a los meses de mayo y junio, hecho que comportará un incremento de las dotaciones de 618.325 hasta 838.917 metros cúbicos anuales. El presupuesto de las obras asciende a seis millones de euros.

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Según la declaración de impacto ambiental, el lago artificial tendrá un islote en el centro que lo dividirá en dos mitades. La zona sur será más profunda y destinada al almacenaje de agua, mientras que la norte "podrá destinarse, además, a usos recreativos". Un sistema de diques y compuertas permitirá regular el nivel y la evacuación del agua. En el fondo, un gigantesco desagüe hará posible el vaciado total del embalse en caso necesario.

El proyecto ya fue presentado en 2001, durante el Gobierno de CiU, que lo desestimó por razones ambientales. La Generalitat considera ahora moderado el impacto global del embalse y añade que será compatible si se aplican las medidas correctoras propuestas. La aprobación definitiva del embalse queda ahora pendiente de los informes de la Agencia Catalana del Agua (ACA) y de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), el organismo responsable de los caudales de toda la cuenca.

La construcción del lago artificial requiere instalar una tubería desde el lago Baciver, situado a más de 2.000 metros de altitud, hasta el aparcamiento de Orri que discurrirá a través de una zanja existente y paralela a una conducción ya existente. Desde este lugar y hasta el embalse proyectado se abrirá una zanja soterrada que seguirá el trazado de la carretera, el camino de Orri y el camino de acceso al Tuc de Maria Casteràs.

Medio Ambiente asegura que el embalse no afecta a ningún espacio natural de protección especial ni a ninguno de los espacios propuestos en 2006 para formar parte de la Red Natura 2000. El estudio de impacto destaca los aspectos introducidos por la Administración catalana en la fase de consultas, como la naturalización de la balsa para conservar en lo posible los hábitats originales. La Generalitat exige que los promotores del proyecto cumplan medidas correctoras, entre ellas que se reduzcan las captaciones de agua durante el periodo invernal para garantizar un caudal ecológico, se realice un inventario de los cursos de agua afectados y se efectúen análisis de control de calidad de las aguas.

La asociación ecologista Ipcena, que ya presentó alegaciones en septiembre de 2008, considera que la balsa de agua causará un gran impacto visual, paisajístico y biológico. Ipcena propone que Baqueira reduzca los espesores máximos de nieve artificial y sustituya los cañones de nieve por otros de más avanzada tecnología que consumen menos energía y agua. Como última alternativa, plantea la construcción de depósitos soterrados.

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