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La Generalitat enfría las expectativas sobre el impuesto de grandes fortunas

Mas afirma que la tasa debe ser más "pedagógica" que recaudatoria - El PSC defiende restaurar el gravamen de sucesiones para llegar a acuerdos con CiUArtur Mas corteja a ERC y el PP para garantizarse los presupuestos - Puigcercós certifica el cambio de rumbo de Esquerra y se abre a pactar con CiU

El Gobierno catalán aguó ayer cualquier expectativa sobre el impuesto para las grandes fortunas que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, defendió el martes cuando intentaba acallar las voces que le acusan de hacer regalos fiscales a los ricos mientras recorta los servicios sociales. En el discurso del presidente la creación de este impuesto sigue siendo una prioridad, pero el consejero de Economía, Andreu Mas Colell, dejó claro que la Generalitat no quiere enfrentarse al dilema de subir impuestos a los ricos. Lo deseable, dijo, sería crear un impuesto en toda Europa, pero que, si esto no es posible, la Generalitat considera "accesible" aprobar una ley que cree "un impuesto de ámbito español" para grandes fortunas.

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Pese a que la Generalitat no prevé por ahora crear el impuesto, Mas aseguró en la segunda jornada del debate de política general que sería una herramienta útil para hacer "pedagogía" de que los grandes patrimonios deben arrimar el hombro en tiempos de crisis. Eso sí, dejó claro que ni este impuesto ni el de patrimonio "servirán para aumentar sensiblemente la recaudación".

Mas no consiguió que este anuncio le acercara a los partidos de la izquierda en un momento en que requiere de apoyos externos para negociar los Presupuestos. El jefe de filas socialista, Joaquim Nadal, aseguró que su partido es favorable a cualquier medida que sirva para generar recursos.Nadal recordó a Mas que CiU se abstuvo en la votación para reinstaurar el impuesto de patrimonio y que los nacionalistas eliminaron lo poco que quedaba de impuesto de sucesiones nada más llegar a la Generalitat. Nadal acusó a Mas de buscar la "inmolación" de los sectores más débiles con esta política combinada con los recortes sociales. Por eso le pidió que se reinstaure todo el impuesto de sucesiones.

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Mas no respondió a la propuesta de los socialistas, que hoy la someterán a votación. En cambio, anunció nuevas privatizaciones de servicios que se harán, dijo, "sin perder el sentido social".

El presidente de la Generalitat tampoco halló gran receptividad en Esquerra Republicana (ERC) con relación al impuesto de grandes fortunas. El presidente del grupo de ERC, Joan Puigcercós, dudó de la efectividad de la tasa por el tiempo que llevaría crearla y le recomendó recuperar el impuesto de sucesiones y subir el IRPF a las rentas más altas. Mas rechazó ambas ideas. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, aseguró que la vía para salir de la crisis no es subir impuestos.

Desactivada por la vía de los hechos la que debía ser la propuesta sorpresa del debate, Mas se centró en completar una pirueta aparentemente difícil pero que ya le ha funcionado en el pasado a CiU: acercarse al mismo tiempo al PP y a ERC para garantizarse la gobernabilidad. Era un arte que dominó el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y que el actuar líder catalán, de la mano del PP hasta ahora, intenta aplicar. Ayer, en el debate, dio buena muestra de ello.

La jornada parlamentaria llega justo antes de que los grupos empiecen a hablar de los presupuestos. Las cuentas actuales se pactaron con el PP, y Mas quiere abrir el abanico, especialmente en vísperas de elecciones generales. Aunque su idea inicial era también intentar un pacto con el PSC, ayer se evidenció que es imposible mientras los socialistas no hayan celebrado su congreso y redefinido su estrategia. El líder parlamentario socialista, Joaquim Nadal, atacó duramente a Mas por los recortes sociales; el presidente respondió con similar dureza reprochándole el déficit que dejó el anterior Gobierno. "Más que un agujero, han dejado un cráter", le espetó Mas.

Si con el PSC se subrayaron las diferencias, con el PP se evitaron. Los conflictos por el catalán, la sentencia por el Estatuto, la deriva soberanista de Mas y la prohibición de los toros en Cataluña solo fueron mencionados tímidamente por la líder del PP. Su discurso se centró en la economía, y pidió que Cataluña se fije en las comunidades gobernadas por el PP para recortar. En sus críticas a los recortes sociales, Sánchez-Camacho obvió que su partido en Castilla-La Mancha acumula numerosos impagos en las farmacias y minimizó el hecho de que el presupuesto vigente de la Generalitat -que incluye los recortes- se aprobrara gracias al PP.

Mas respondió a la líder del PP con un tono pausado y pedagógico, e intentando mantener la sonrisa en todo momento, trató de convencerla de que en política económica CiU y el PP se van a entender. Este tono recordó al utilizado por ambos partidos en los días anteriores al del último pacto presupuestario. De hecho, hoy votarán conjuntamente una propuesta de resolución sobre medidas de empleo.

Para tratar con ERC, Mas adoptó un tono de forzada camaradería. La dureza empleada con el PSC y con Iniciativa se le olvidó a Mas al tratar con ERC. CiU y ERC se entienden a las mil maravillas para hablar del concierto económico, la gran apuesta de Mas. "Estaremos si vamos de cara a gol. Estamos dispuestos a asumir el sacrificio", le prometió Puigcercós. Los recortes y el déficit de la Generalitat desaparecieron de ambos discursos. El republicano llegó a asegurar que "hacer oposición criticando los recortes es un ejercicio estéril". Todo, por el bien del pacto fiscal: CiU y ERC pactaron anoche una propuesta de resolución que pide la celebración de un referéndum sobre el concierto económico.

Pese a las enconadas diferencias mostradas en el debate, CiU y el PSC pactaron una propuesta para resucitar una vez más la ponencia que debe dotar a Cataluña de una ley electoral. La mayoría de los grupos están conensuando dos propuestas mayoritarias: una, que puede lograr la unanimidad, sobre el corredor mediterráneo ferroviario, y la otra, en la que seguro que no estarán ni PP ni Ciutadans, en defensa de la inmersión lingüística.

Joaquim Nadal momentos antes de su intervención. A la derecha, Mas.
Joaquim Nadal momentos antes de su intervención. A la derecha, Mas.TONI ALBIR (EFE)

Las frases del debate

- Artur Mas (CiU): "No tienen base para presentarnos como un monstruo que quiere liquidar el Estado de bienestar y ustedes aparecer como un angelito. No se aguanta por puro sentido común".

- Joaquim Nadal (PSC): "Con los recortes, el Gobierno no está pidiendo sacrificios: está preparando la inmolación".

- Alicia Sánchez-Camacho (PP): "No se puede gobernar dando palos de ciego, y menos en la sanidad. Mire los planes de ajuste que han hecho en Castilla-La Mancha y Baleares".

- Joan Herrera (ICV-EUiA): "La verdadera transición nacional es pasar del Estado de bienestar al estado de beneficencia".

- Joan Puigcercós (ERC): "Estaremos al lado del Gobierno si en el concierto económico vamos de cara a gol. Estamos dispuestos a asumir el sacrificio y el desgaste que ello pueda significar".

- Albert Rivera (Ciutadans): "Hay que priorizar el núcleo duro del Estado de bienestar: sanidad, educación, justicia, seguridad y servicios sociales, y no se puede tocar la calidad de este núcleo".

- Alfons López Tena (SI): "España es como una banda mafiosa. El problema no es que Cataluña no pague suficientes impuestos, sino que se los lleva España".

- Joan Laporta (no adscrito): : "Estoy convencido de que el Gobierno aplica la sensibilidad necesaria a las decisiones referentes a los recortes".

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