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La Generalitat niega ayudas para investigar a varios de los mejores historiadores catalanes

El consejero Carles Solà rechaza las propuestas de Josep Fontana y Borja de Riquer

El Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, cuyo titular es Carles Solà, ha negado la ayuda para investigar a algunos de los mejores historiadores catalanes. Entre quienes han visto como la renovación impuesta por Solà les dejaba sin beca están Josep Fontana, Borja de Riquer y Carme Molinero. Eso sí, las ayudas concedidas, 629 en total, premian bastantes proyectos que incluyen en el título la palabra "identidad" colectiva o un concepto parejo. La identidad de los calificadores de los proyectos se escuda en el anonimato.

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Desde el anonimato

El consejero Solà, que ocupa el departamento en representación de Esquerra Republicana, propuso un cambio en el sistema de ayudas a la investigación. Hasta entonces, los grupos de investigadores proponían ser reconocidos como tales bajo el nombre de "grupos de investigación consolidados" y, en el momento en que eran admitidos, pasaban a tener derecho a una financiación para la actividad. Solà restringió las ayudas a una parte, decidida por el departamento. El resultado ha sido que en 2005 se presentaron 1.091 solicitudes de otros tantos grupos que pretendían el reconocimiento, de los que 903 lo lograron, pero sólo 629 obtuvieron la ayuda correspondiente. Los otros pueden investigar... por su cuenta.

Entre quienes han quedado fuera hay personas de enorme prestigio intelectual. Por ejemplo, el historiador Josep Fontana, que optaba a la ayuda para el grupo de investigación del Instituto Universitario de Historia Jaume Vicens Vives, vinculado a la Universidad Pompeu Fabra. Fontana y su grupo investigador habían obtenido la ayuda en ocasiones anteriores, pero la llegada de Esquerra al Gobierno ha supuesto el corte de la financiación. Fontana, que declinó comentar la situación, explicó que ha presentado un recurso al respecto.

No "perder el tiempo"

También ha quedado fuera de las ayudas, pese a ser reconocido como investigador, el grupo sobre historia del parlamentarismo encabezado por el historiador Borja de Riquer, quien ni siquiera ha presentado el recurso contra la decisión de excluirle porque no quería "perder el tiempo", afirmó. Borja de Riquer es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

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La historiadora Carme Molinero, asimismo vinculada a la UAB y que había solicitado la ayuda en nombre del grupo de investigación sobre la época franquista, también ha sido excluida. Molinero dirige el Centro de Estudios sobre las Épocas Franquista y Democrática. "He tenido acceso a las evaluaciones y nos dejan muy bien, pero la nota final se ha quedado por debajo del mínimo exigido", explicó Molinero, que ha presentado recurso contra la denegación de las ayudas.

El criterio que ahora se aplica es el de forzar una especie de "nota de corte". La nota máxima que puede obtener un grupo es de siete puntos. Por debajo de seis, sin embargo, queda sin ayuda económica. Estas ayudas pueden alcanzar 75.000 euros en cuatro años.

El principal problema de las evaluaciones es que son anónimas. Según el sistema elegido por el Departamento de Universidades, explicó a EL PAÍS Estanislau Fons, de la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias a la Investigación, dos personas, cuyo nombre nunca se hace público, evalúan el proyecto del equipo. Estas personas son siempre del ámbito universitario no catalán, aunque tienen que entender la lengua catalana para poder leer el proyecto. Pero su trabajo es luego "reevaluado" por un coordinador nombrado por la propia agencia, dependiente directamente del departamento. El resultado es la nota final que da derecho o no a la ayuda económica solicitada.

La nota se compone de tres partes. La primera vale 50 puntos de un total de 100 y tiene en cuenta la adecuación del proyecto a los planes de la Generalitat, la calidad investigadora del grupo, la capacidad de los informadores y el número de doctores y doctorandos, entre otros factores. El segundo bloque, que puntúa 35 sobre 100, presta atención a la relación del grupo con empresas, a la obtención de financiación por otras vías y al "liderazgo de proyectos".

"Equilibrio de géneros"

El tercer y último paquete de méritos, que puntúa 15 sobre 100, valora la "composición, estructura, interdisciplinariedad y coherencia de grupo", además del "equilibrio de género" y la posibilidad de la divulgación científica de los resultados.

La primera pregunta de este diario sobre los motivos que habían llevado al Departamento de Universidades a denegar la ayuda a Fontana produjo un resultado sorprendente. El jefe de prensa, Joan Esculies, que es licenciado en Biología y Periodismo, y autor del libro de relatos Tràilers, que obtuvo el Premio Mercè Rodoreda el pasado mes de diciembre, no sabía quién era Josep Fontana, probablemente el historiador catalán vivo con mayor reputación y proyección internacional.

Hay un denominador común en algunos de los proyectos a los que se ha negado la ayuda económica: no tienen una preocupación especial por factores relacionados con identidades colectivas y, además, muestran un cierto escarmiento hacia posiciones críticas con todos los poderes actuales y pretéritos.

Estanislau Fons aseguró que la concesión de las ayudas no ha tenido en cuenta en ningún momento si los investigadores estaban o no cerca de las tesis y los intereses historiográficos de Esquerra. "Si se sugiere una cosa así, habría que ver si entre quienes se han visto rechazados hay simpatizantes o militantes de Esquerra y si entre quienes han obtenido ayuda hay militantes de otras fuerzas políticas", dijo Fons, que se reconoció militante del partido independentista catalán.

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