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La Generalitat pagará hasta 60 millones a la banca por colocar sus bonos

Las entidades financieras recibirán una comisión del 3%, lo que eleva el coste de la deuda al 7,75% - CiU emitió letras para particulares dos veces en los ochenta

Las cajas y los bancos que coloquen la emisión de bonos de deuda de Cataluña a los inversores particulares que lo deseen se llevarán una comisión de la Generalitat cercana al 3%, según explicaron ayer fuentes financieras. Considerando que la emisión de bonos será de 1.000 millones de euros, ampliables a 2.000, la traducción en dinero para la banca va de 30 a 60 millones. A ese 3% para las entidades hay que añadir el desembolso que supone la atractiva rentabilidad que la Generalitat ofrecerá a los inversores, del 4,75%, más del doble de la generada por las letras del Tesoro, que en la última emisión a un año daban al inversor un 1,9%.

El porcentaje de comisión a las entidades, no firmado, sí es objeto de un preacuerdo hilvanado con la Generalitat. Las comisiones por colocaciones de emisiones suelen ser menores en el caso de los inversores institucionales (como fondos de inversión). Aun así, las entidades consultadas subrayan que varían mucho en función del tipo de emisión.

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En este caso, dos son los factores que confluyen a la hora de fijar la comisión: por una parte, la movilización de la red comercial de las oficinas de las entidades, y por otra, un punto clave: la canibalización del pasivo de bancos y cajas que suponga el producto que desea colocar la Generalitat. Las entidades son conscientes de que parte del ahorro colocado en depósitos con una rentabilidad inferior acabará desplazado hacia los bonos de 1.000 euros de la Generalitat, a cambio de una mayor remuneración del 4,75%, siempre que la penalización por retirar dinero del depósito compense al inversor. "La canibalización del pasivo es un riesgo que está ahí, pero nos interesa colocar un producto de éxito, porque si el cliente lo pide y no lo ofreces, sacará el dinero igual y se marchará a otra entidad competidora", explicaba ayer un directivo responsable de la colocación de una de las entidades que distribuirán los bonos.

Algunas entidades han entrado en los últimos meses en una guerra por captar dinero con altas remuneraciones. Bankinter ofrece el 4,5%, aunque exige un mínimo de 15.000 euros. Activo Bank, del Sabadell, da el 4,5% con un mínimo de 3.000 euros. El Banco Popular ofrece el 4% y CatalunyaCaixa, que asegura no estar en luchas de depósitos, para fidelizar a sus clientes ha sacado con sigilo un producto al 4,75%, para el que exige domiciliar recibos. No es la primera vez que la Generalitat lanza una emisión minorista. En 1985, con CiU en el Gobierno, hubo una por 4.200 millones de pesetas, con un interés del 11,78%. Y en 1986, otra de 3.400 millones de pesetas al 9,5%.Sin embargo, los tipos en 1985 se situaron en una horquilla de entre el 12,5% y el 10,5% (de media, un 12,3%), y en 1986, entre el 10,5% y el 11,7% (11,59% de media). Es decir, la Generalitat ofrecía una rentabilidad inferior a los tipos. Ahora los tipos están al 1% y la remuneración es del 4,75%. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que Cataluña ha ido ganando competencias que financiar desde entonces.

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En total, en intereses el próximo Gobierno catalán tendrá que devolver entre 47,5 y 95 millones de euros, añadidos a los entre 1.000 y 2.000 millones que emita. A diferencia de un depósito bancario, que está garantizado hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos en caso de problemas del banco, si hipotéticamente quiebra una administración, que no es el caso, no hay fondo previsto que compense al inversor. Las entidades implicadas en la operación, lideradas por La Caixa, actuarán también como aseguradoras si el interés de los inversores minoristas no es suficiente para cubrir los 2.000 millones previstos.

El interés ciudadano por la iniciativa de la Generalitat se ha disparado por la elevada remuneración ofrecida, frente a otros productos que pueden comprar los inversores particulares, por ejemplo las letras del Tesoro a 12 meses: la última emisión, con fecha de 21 de septiembre, al 1,9%. Los analistas consultados recuerdan que la calificación de Cataluña es, según la agencia Fitch, de A (el sexto grado, del 1 al 20 de mejor a peor). España está en segundo lugar, mejor que la mayoría de las autonomías, con economías más pequeñas y cuya capacidad de devolución de la deuda siempre se considera inferior a la del Estado. La calificación A está considerada de bajo riesgo.

Ante la tormenta política que ha generado la emisión de deuda pública, el Gobierno habló ayer por boca de la consejera de Acción Social y Ciudadanía, Carme Capdevila, que ejerció de portavoz tras la reunión semanal del Ejecutivo, celebrada el lunes porque hoy es festivo. Capdevila quiso puntualizar varias cuestiones: que "la caja de la Generalitat no está vacía", que la emisión de deuda "se enmarca en la más estricta normalidad" y que ha habido precedentes; que la deuda del Gobierno catalán, del 2,4%, "es razonable e inferior a la de otras comunidades autónomas y países europeos", y que los bonos estarán disponibles para los ciudadanos en un plazo de entre 10 y 15 días. "Si no tuviéramos las elecciones encima, no se hablaría del tema", dijo Capdevila contrariada. Esperan captar unos 1.200 millones.

Ante las críticas del jefe de la oposición y líder de CiU, Artur Mas, mostró sorpresa por el hecho "de que vengan de un ex consejero de Economía". "Sus acusaciones de que la caja está vacía pueden crear una gran desconfianza y son una gran irresponsabilidad por parte de una persona que aspira a volver al Gobierno de la Generalitat", manifestó.

Castells, perfil bajo

"Ha hecho una valoración positiva". Con cinco palabras respondió ayer la consejera Carme Capdevila a la pregunta sobre qué explicó el titular de Economía, Antoni Castells, a sus compañeros sobre la emisión de bonos. Fue la única alusión al responsable de Economía en la comparecencia posterior a la reunión del Gobierno. Castells, omnipresente hace unos meses en negociaciones como las de la financiación y el impuesto de sucesiones, casi no ha hablado en público en lo que va de curso.

El consejero decidió en verano no repetir en las listas del PSC. Este fin de semana ha sido la nueva número dos de los socialistas catalanes, Montserrat Tura, quien ha defendido la emisión de deuda.

Las ocho claves de los 1.000 millones

- ¿Qué significa "emitir deuda"? Cuando una Administración emite deuda, significa que pide dinero prestado a inversores (puede dirigirse a instituciones o a ahorradores particulares). Si los interesados se comprometen a esperar un determinado tiempo antes de recuperar su préstamo, la Administración les devolverá el dinero con un porcentaje de intereses. La Generalitat pretende captar entre pequeños inversores de 1.000 a 2.000 millones de euros. Ofrece un interés, por inversiones a un año, del 4,75%. Es decir, por cada 1.000 euros prestados, el ciudadano recuperará 12 meses después 1.047,5 euros.

- ¿Es la primera vez que la Generalitat emite deuda? No. La Generalitat ha emitido deuda en varias ocasiones. El pasado agosto, por ejemplo, Cataluña emitió deuda por valor de 1.000 millones de euros al 5,7% de interés, pero solo para inversores institucionales (como bancos), que debían comprar bonos por valor de al menos 50.000 euros. Lo que es poco común, por tanto, es que los destinatarios sean pequeños inversores. En Cataluña lo había hecho CiU en 1985 y 1986, por un importe de 4.242 millones de pesetas a un interés del 11,75% y de 3.400 millones de pesetas al 9,5%, respectivamente, en ambos casos a un año.

- ¿La rentabilidad que ofrecerá la Generalitat es alta? Es alta si se compara con otros productos similares y con el tipo de interés fijado por el Banco Central Europeo, en estos momentos del 1%. Por ejemplo, las letras del Tesoro del Estado con compromiso de inversión de un año se pagaron en septiembre al 1,9% de interés. Las de Cataluña tendrán un retorno del 4,75%.

- ¿Por qué la Generalitat fija mayor interés que, por ejemplo, el Tesoro?

Según explican varios expertos en productos de inversión, para fijar los intereses se tienen en cuenta muchos factores. La regla básica es que, a mayor riesgo y menor tamaño de la Administración, mayor rentabilidad se ofrece. Se tiene en cuenta, por ejemplo, la calificación de la deuda del emisor (en este caso, Cataluña). Esa calificación, que otorgan agencias especializadas, como Fitch, es en Cataluña de A, el sexto escalón en un ranking de 20 notas. La de España es de AA+, la segunda mejor nota.

- ¿Existe algún límite? Sí, habrá un tope de bonos por inversor, aunque aún no ha sido fijado. La Generalitat quiere así garantizar que los que acudan a la emisión sean particulares y no grandes instituciones.

- ¿Dónde se comprarán las letras de deuda catalana? Habrá varios bancos y cajas que ejercerán como intermediarios.

- ¿Qué ganan los bancos haciendo de intermediarios? Se llevan una comisión de la Generalitat. Será, según fuentes del sector financiero, del 3% del dinero que capten. Se trata de una compensación por poner al servicio de los bonos su red comercial y correr el riesgo de que algunos de sus clientes trasvasen su dinero de depósitos a bonos.

- ¿Qué obligación fiscal tendrá el inversor con los bonos? No se ha especificado todavía. Si es igual a la de las letras del Tesoro (fuentes de la Generalitat dicen que se está perfilando, pero previsiblemente irá en la línea de ese producto), los beneficios obtenidos tributarán al 19% (al 21% si exceden los 6.000 euros).

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