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La Generalitat sopesa recortar el sueldo de los funcionarios

Salgado endosa gran parte del ajuste fiscal a las autonomías

"No somos tan ricos como pensábamos (...). Harán falta sacrificios compartidos". El Gobierno catalán entonó ayer un discurso de máxima gravedad para anunciar que los planes de contención del gasto aplicados hasta ahora no bastan y que el gran recorte que todos temían está a la vuelta de la esquina. Y no escapará nadie. El tripartito, en su reunión de ayer, asumió que el recorte de 15.000 millones de euros en dos años anunciado por el Gobierno central afectará de lleno a las finanzas de la Generalitat y obligará a recortes en todas las partidas, incluidas algunas tan sensibles como las destinadas a personal y a políticas sociales.

El consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, fue el encargado de transmitir las malas noticias en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Gobierno. El consejero habló de la necesidad de hacer un nuevo "ajuste económico" y dejó claro que este afectará a todas las partidas de la Generalitat, incluida la de inversión pública. No habrá nada claro hasta que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explique hoy en el Congreso el calibre del recorte en el ámbito nacional, pero la vicepresidenta Elena Salgado ya señaló ayer que el grueso del recorte de las administraciones españolas recaerá en las autonomías.

Castells defiende congelaciones e incluso rebajas salariales

Salgado aseguró ayer en TVE que en ese esfuerzo adicional para limar el déficit (15.000 millones entre 2010 y 2011) las comunidades desempeñarán un papel importante, dado que "el porcentaje de gasto del Estado es mucho menor" en el global de las administraciones públicas. Para ello, Economía deberá convocar un Consejo de Política Fiscal y Financiera (al que asiste tanto el ministerio como los consejeros de Economía de las comunidades) que se adivina complicado.

El nuevo plan de ajuste de España pasa por recortar el déficit del 11,2% del PIB registrado en 2009 hasta el 6% en 2011 -15.000 millones más de lo previsto-, decisión marcada por los temores de los mercados con respecto a la solvencia de la situación fiscal española.

A la vista de las palabras de la vicepresidenta, el Gobierno catalán volvió a advertir de que recortará el gasto, sí, pero no más de lo que toque a otras administraciones, léase central y local. Nadal también marcó una línea roja: el tripartito no tolerará que con el pretexto de la crisis el Gobierno central deje de cumplir la disposición adicional tercera del Estatuto, que fija que Cataluña recibirá del Estado la inversión equivalente al peso de su producto interior bruto, el 18,8% del total. El resto es negociable. Preguntado por los recortes de estructura, Nadal rechazó medidas "cosméticas", como recortar el número de departamentos. Y sobre el posible recorte de gasto en funcionarios, dijo que este se hará siempre cumpliendo lo pactado con los sindicatos. El presidente de la Generalitat, José Montilla, especificó por la tarde que las políticas sociales siguen siendo una "prioridad", aunque fuentes del Gobierno dan por hecho que alguna de estas partidas también se verá afectada.

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El consejero de Economía, Antoni Castells, ya se mostró la semana pasada, en una conferencia en el Círculo Ecuestre, "decididamente partidario" de reducir costes con congelaciones e incluso rebajas salariales.

A pesar de que los incrementos salariales de los funcionarios se acuerdan entre el Gobierno central y los sindicatos, son los presupuestos de la Generalitat los que recogen, en el capítulo primero, los gastos de personal. Los sindicatos recordaron a Nadal que ese capítulo es muy amplio, por lo que, en caso de recortes, estos deberían aplicarse a los altos cargos. "Que empiecen por arriba, no vamos a consentir que se rompan los compromisos adquiridos", aseguró la portavoz de CC OO, Dolors Llobet.

Fuentes sindicales afirmaron que el Gobierno puede reducir lo previsto en el capítulo primero sin recortar sueldos. Aun así, agregaron que esa posibilidad cada vez es más complicada.Los sindicatos desconfían de las intenciones del Gobierno catalán. Y lo hacen, sostuvieron ayer, porque en los departamentos apenas quedan ya vacantes presupuestadas sin cubrir. Y esa fue la vía de la que el año pasado se valió el Gobierno catalán para reducir el gasto en 50 millones de euros, que decidió no cubrir ninguno de esos puestos.

Fuentes sindicales consideraron ayer que el Gobierno catalán ya está incumpliendo la subida salarial que pactaron los sindicatos y el Ejecutivo central. Según estas fuentes, el incremento del 0,3% sólo se está aplicando a una parte del salario, y no a los complementos específicos, que suponen cerca de un tercio del sueldo. Los sindicatos también señalaron que no tolerarán que se suprima ninguna de las dos pagas extras, que por primer año se consolidan enteras. "El acuerdo que tenemos ahora ya es lo suficientemente austero", lamentó la secretaria de Servicios Públicos de UGT, Encarna Fernández.

Quienes sí apostaron por la reducción salarial fueron los economistas del IESE, que consideraron que el nuevo recorte del Gobierno central es "viable", aunque advirtieron de que afectará al "gasto social". "Los ajustes deben ser equitativos", aseguró el catedrático Xavier Vives, quien apostó por rebajar los costes de los funcionarios pese a la oposición que pueda generar.

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