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Hollywood desafía al Parlament

Las distribuidoras amenazan con estrenar menos películas y hacerlo solo en inglés - Los exhibidores acusan a la ley del cine de abocar a las salas al cierre

Harry Potter y el misterio del príncipe, que se estrena a mediados de julio, será una de las últimas películas en tener versión doblada catalana. A partir del próximo año, los grandes éxitos de taquilla de Hollywood se estrenarán directamente en inglés en Cataluña, Sin doblaje ni subtítulos. Es la manera que tienen las grandes distribuidoras estadounidenses de "acatar" la nueva ley del cine catalana, aprobada el martes, que les obliga a ofrecer versión catalana en la mitad de las copias de los filmes que se estrenen doblados o subtitulados en Cataluña.

Luis Hernández de Carlos, presidente de la Fedicine, entidad que agrupa a las grandes majors, evitó en todo momento hablar de boicot, pero aseguró que las compañías americanas "cumplirán la ley, pero en términos generales van a reducir de manera considerable el número de películas que estrenarán, y cuando lo hagan será en versión original. Y punto".

"No queremos ser un mercado protegido, queremos ser empresas y programar con criterios comerciales", dicen los exhibidores

A su lado, Camilo Tarrazón, presidente del gremio de exhibidores de Cataluña, auguró cierre de cines y grandes pérdidas para el sector. "En 2009 se estrenaron 370 títulos, pero de ellos unos 50 acapararon el 65% de los espectadores", señaló. "Dejar de estrenar 10 de estos títulos ya nos puede suponer pérdidas del 15% del mercado". Tarrazón, que insistió en que la nueva ley es "intervencionista" y se ha hecho solo a partir de criterios lingüísticos en lugar de empresariales o culturales, afirmó que no está prevista otra huelga de cines como la que se realizó el pasado 1 de febrero: "Ahora, cuando un cine cierre sus puertas será para siempre y a causa de esta nueva ley".

El Departamento de Cultura de la Generalitat, impulsor de la nueva ley, hizo una llamada a la calma. "Ha pasado el momento de las amenazas", señaló un portavoz. "La ley se ha aprobado y entrará en vigor. De lo que se trata ahora es de que el sector se siente a negociar para ver cómo puede ayudarle el Gobierno a adaptarse a esta nueva realidad".

La nueva ley entrará en vigor en enero y hacia marzo podría estar elaborado el reglamento. Será allí donde podrían concretarse las ayudas tanto al doblaje como a la digitalización de las salas, aunque ni distribuidores ni exhibidores están muy dispuestos a sentarse a negociar, y menos, dice Tarrazón, "con el equipo actual del Departamento de Cultura". Con las elecciones catalanas a la vuelta de la esquina aseguran que ya no hay margen y confían en que el nuevo Gobierno no aplicará la ley, algo que desde el departamento ven imposible: "Son 117 votos a favor y 17 en contra. Gane quien gane, la aplicará".La Fedicine, que agrupa al 90% de la distribución española al contar con las grandes majors, como Paramount, Sony, Universal y Warner, afirma que la única solución es eliminar de la ley el término obligación. Ahí está el quid de la cuestión, que no se arregla, dicen, negociando ayudas al doblaje. "Es una cuestión de principios, no de dinero", explica Luis Hernández de Carlos. "No estamos en contra del catalán, podríamos aceptar sin problemas que haya más películas dobladas en este idioma, pero no se puede aceptar la imposición para no sentar precedentes. Si en España solo hubiera dos lenguas oficiales, me atrevería a decirles que habría una salida, pero es que hay cuatro y todos están mirando qué pasa en Cataluña para pedir lo mismo".

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El presidente de la Fedicine admitió que ahora aceptaría sin dudar la primera oferta que le hizo el departamento (asumir el coste íntegro del doblaje de las películas con más de 50 copias), cuyo rechazo puso en marcha toda la maquinaria legislativa. "Es más, en los últimos meses les hemos dicho que ahora sí aceptábamos aquel acuerdo, pero ya era tarde, se había entrado en un proceso electoral y no quisieron parar la ley".

En este sentido, ayer dio por roto "el pacto de caballeros" con la Generalitat que ha funcionado durante la última década. Tras el fallido intento del Gobierno de Pujol de imponer por decreto unas cuotas similares de doblaje, las majors acabaron accediendo a que cada año la Generalitat asumiera el coste del dobaje al catalán de unos 30 títulos, la mayoría infantiles. A partir de ahora, aún se estrenarán en versión catalana las películas que ya han entrado en el estudio, pero no se iniciarán nuevos doblajes.

En este punto, las empresas de doblaje, muy fuertes en Cataluña, están también en máxima alerta. "Nos tememos que deje de haber encargos de doblaje también en castellano", reconocía ayer cauto Jordi Daura, gerente de Sonygraf.

En otro campo, según Camilo Tarrazón la ley plantea también incógnitas legales, por lo que han presentado sus quejas ante la Organización Mundial de Comercio y la Comunidad Europea. Las explicó Ramon Torrent, catedrático de Derecho Internacional de la UB, según el cual el problema está en el trato más favorable que se da al castellano en la ley, lo que beneficia a las películas mexicanas o argentinas, por ejemplo, antes que a las europeas.

También Antoni Cañete, secretario general de la patronal Pimec, lamentó que se haya aprobado la ley sin consenso y reclamó un plan industrial para el sector. Tarrazón insistió en que esta ley, junto con las europeas y españolas, hace que el cinematográfico sea "un mercado intervenido en un 75%". En este sentido, consideró que no se trata de conseguir más ayudas: "No queremos ser un mercado protegido, queremos ser empresas y poder programar en función de criterios comerciales, no lingüísticos".

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