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Reportaje:

Homenaje a López Raimundo en el Palau

Emotivo recuerdo de los comunistas al que fue su mítico dirigente

Enric Company

Un escueto poema de Bertolt Brecht culminó ayer muy adecuadamente el homenaje que los viejos comunistas catalanes y sus amigos dedicaron al que fue secretario general de su partido durante la segunda mitad de la dictadura fraquista. Se llama No necesito ninguna lápida y se ajusta bien al personaje y su trayectoria. Dice así: "Hizo propuestas. Nosotros se las aceptamos. Una inscripción así me haría honor".

Han pasado apenas tres meses desde que falleció el que fue secretario general del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) -el partido de los comunistas catalanes- entre 1965 y 1977, y su presidente hasta 1981. El homenaje, que comenzó a prepararse el mismo día de su entierro en el cementerio de Collserola, fue organizado por la Asociación de Ex Presos Políticos y contó con el apoyo de Comisiones Obreras. En el escenario del Palau de la Música se sentaron un centenar de viejos compañeros de militancia de López Raimundo, y los oradores del acto. Todos o casi todos de 75 años para arriba.

Maragall envió desde Bruselas una sentida nota de adhesión al acto

El acto se abrió con la canción que Raimon dedicó en los años sesenta a López Raimundo, la que habla del cabello blanco y la bondad reflejada en el rostro, agrandando no poco su mitificación. Fue escuchada con silencioso recogimiento por todos los asistentes, que casi llenaban el Palau. Luego le siguió la lectura, por las actrices Pepa Arenós y Mònica Lucchetti, del poema de Brecht A los nacidos después, el que habla de los tiempos difíciles en los que no ha habido espacio para la amabilidad, que queda para las nuevas generaciones. Y luego la interpretación al piano de una obra de Francesc Burrull a cargo de uno de los nietos de López Raimundo, Sergio Pàmies.

Después intervinieron 18 personas, la mayoría ex compañeros de partido de López Raimundo en el PSUC, comenzando por Enric Pubill, presidente de la Asociación de Ex Presos Políticos. La excepción fue Diana Garrigosa, que nunca fue del PSUC, sino del PSC. Pero lo hizo como hija del ingeniero barcelonés que en 1942 prestó a López Raimundo el despacho de su domicilio particular para que pudiera desarrollar en él su trabajo político "en vez de deambular todo el día por calles y parques", porque debía abandonar muy de mañana la pensión en que dormía. Y también habló en su condición de esposa del ex presidente Pasqual Maragall, de quien leyó una emotiva nota enviada desde Bruselas.

El acto constituyó una emocionada expresión de recuerdo y agradecimiento a quien asumió la principal responsabilidad de entre los comunistas. Estaban los responsables actuales del PSUC y del PCC, Joan Saura y Jordi Miralles. Y la esposa de López Raimundo, Teresa Pàmies, también vieja comunista consecuente. Entre las adhesiones que se recibieron estaban las de Josep Benet, uno de los antifranquistas que colaboraron con el PSUC, y Rafael Ribó, uno de los ex secretarios generales del PSUC y actual Síndic de Greuges. Àlex Pàmies, nieto del homenajeado, agradeció el acto en nombre de la familia. "Ayuda a llenar el hueco que nos dejó", dijo antes de que comenzara a sonar La Internacional.

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