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Levantina es la empresa de seguridad menos valorada por Economía

Colectivos de Tarragona piden por carta a Castells que vete a la compañía

Jesús García Bueno

Levantina de Seguridad, la empresa vinculada a la ultraderecha que ha sido contratada por el Departamento de Cultura, es la que ha obtenido la peor puntuación entre todas las empresas de seguridad privada que pueden trabajar con la Generalitat. Así lo certifica un documento elaborado por el Departamento de Economía, en el que la empresa de José Luis Roberto -fundador del partido ultra España 2000- obtiene 65 puntos de 100 posibles, un aprobado justo si se tiene en cuenta que la nota de corte fijada por la Administración es de 60 puntos.

Desde hace siete días, los vigilantes de seguridad de esta empresa, que tiene su sede en Valencia y una delegación en el centro de Tarragona, vigilan monumentos emblemáticos del patrimonio catalán: el castillo de Miravet, la cartuja de Scaladei y el castillo de Escornalbou. Cultura la contrató porque "cumple todos los requisitos" y fue "la única que se presentó al concurso de procedimiento negociado". La designación, en cualquier caso, ha creado un gran malestar entre colectivos de Tarragona. No sólo por la filiación ideológica de la compañía, sino porque algunos de sus vigilantes han sido condenados por agresiones en la Comunidad Valenciana.

La empresa del ultra José Luis Roberto vigila el castillo de Miravet

El Ministerio del Interior es el encargado de homologar a las empresas de seguridad privada. Levantina de Seguridad lo está desde 1980. El Departamento de Economía y Finanzas, sin embargo, elabora un registro para seleccionar a las empresas que pueden trabajar para la Generalitat. El último acuerdo marco "de servicios de vigilancia y seguridad destinados a los departamentos" del Gobierno catalán se firmó el pasado 9 de diciembre.

Hay diversos lotes objetos de licitación. El número 4 es el de Tarragona. Cuatro empresas -entre ellas, Levantina de Seguridad, que no aparece en el resto de las provincias- pueden optar a vigilar edificios y dependencias de la Generalitat. Los técnicos otorgan a esta empresa la peor puntuación en casi todos los campos (planes de formación, formación complementaria, ejecución de seguimiento de contratos, requisitos tecnológicos y mejoras) y la peor de todas las de Cataluña en el cómputo global. Las grandes del sector están a la cabeza, con cerca de 90 puntos, y la penúltima obtiene 69.

La contratación de Levantina provocó una campaña de los sectores críticos de Esquerra Republicana contra el consejero de Cultura, el también republicano Joan Manel Tresserras, por haber permitido que ciertos monumentos estén en manos de vigilantes de esta empresa. La polémica ha llegado con fuerza a Tarragona. Colectivos antifascistas de la provincia se han movilizado para evitar que vuelva a ser contratada. Cientos de personas han firmado ya una carta en Internet dirigida al consejero de Economía, Antoni Castells. El objetivo es que "reconsidere" el acuerdo marco y vete a una empresa "ligada a movimientos de extrema derecha y con incidentes violentos en Valencia y Cataluña", según la misiva.

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Una evidencia más de la conexión entre la empresa y la ultraderecha es que uno de los responsables de Levantina de Seguridad en Tarragona, Severiano Márquez, fue cabeza de lista de España 2000 por Tarragona en las elecciones generales de 2004.

La irrupción de la compañía de José Luis Roberto no ha sentado bien en otras empresas de seguridad privada, que le acusan de hacerse un hueco en el mercado de Tarragona -sobre todo, en los locales de ocio nocturno- a base de reventar precios. Estas empresas, que prefieren no dar su nombre, aseguran que no se presentaron al concurso de Cultura bien porque no les interesaba la oferta, bien porque nadie se puso en contacto con ellas.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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