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Lloret contra Lloret

El alcalde busca fórmulas para acabar con el modelo de turismo de borrachera que ha dado fama a la localidad

Lloret de Mar (Selva) necesita un cambio. Lo tienen claro los comerciantes y vecinos, hartos de soportar los inconvenientes del turismo low cost. Y lo tiene claro el alcalde, Romà Codina (CiU), empeñado en regenerar la imagen del municipio. Los últimos incidentes no le ayudan: la madrugada del domingo pasado, decenas de jóvenes turistas se enfrentaron a botellazos con la policía a la salida de las discotecas. Estos actos se suman al apuñalamiento, el 17 de julio, de un chico a manos, presuntamente, de un hombre francés.

"Hemos de reconducir el modelo turístico de Lloret", dijo Codina ayer en declaraciones a medios locales. La raíz del problema, según el alcalde, está en los locales de ocio nocturno. "Hay un sector de la noche que no está haciendo bien las cosas", declaró. "La gente que está vendiendo alcohol a menores hace mal su trabajo y lo hace descaradamente; no lo podemos permitir. Tampoco que se dé alcohol de muy mala calidad a un precio reventado", insistió.

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El Consistorio se plantea modificar las ordenanzas para, entre otras cosas, obligar a las discotecas a cerrar antes, aunque el propio alcalde reconoce que tiene que estudiar si es posible hacerlo con la ley en la mano.

Codina quiere prohibir la prostitución en la calle y evitar que esta actividad, ejercida en su mayoría por mujeres nigerianas y de Europa del Este, contribuyan a espantar a familias que visitan Lloret buscando algo distinto de la fiesta y la borrachera. El otro colectivo que no es bienvenido es el de los jóvenes franceses de origen magrebí que llegan desde el sur del país vecino y causan continuos problemas por sus actitudes violentas, sobre todo los fines de semana. El alcalde pretende evitar que estos jóvenes puedan dormir en los coches, como acostumbran a hacer. La policía ha instalado controles a la entrada de la localidad para vigilar que no lleven sustancias ilegales o armas, lo que no les ha disuadido de seguir visitando Lloret.

Apremiado por los últimos incidentes, el Consistorio ha pedido ayuda al Departamento de Interior, que se ha comprometido a blindar la zona donde se concentran las discotecas con unidades de Brigada Móvil (los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra). "En total, habrá entre cinco y siete furgonetas policiales", explicó el alcalde. El consejero de Interior, Felip Puig, echó más leña al fuego: "Hay extranjeros que se atreven a hacer aquí lo que no hacen en su casa". Puig defendió la carga de la policía en la madrugada del domingo: "Los Mossos d'Esquadra reaccionaron bien, contundentemente", dijo. Lo que se necesita es "procurar que nadie entienda que estas actitudes se toleran".

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