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Malos tiempos para el directo

La cartelera musical barcelonesa reduce su oferta esta temporada

Los directos iban a salvar la música porque los conciertos irían a más con la difusión global y libre de la música exenta de pago. Eso se decía hace poco. Pero parece que no. Un vistazo a la programación musical barcelonesa de los próximos meses indica que los conciertos han disminuido de manera apreciable. Como indica Jordi Gratacós, director de la agencia WAM, "es normal que haya bajado la oferta porque desde hace años estaba muy por encima de la demanda, favorecida por la lucha entre festivales y, de manera especial, por la necesidad del músico de garantizarse ingresos por medio de las actuaciones". Si a este hecho estructural le añadimos la desfavorable coyuntura económica, que ha supuesto la anulación del festival Disgressions y también la del Summercase anunciada ayer, nos encontraremos ante un descenso general de oferta. "Y eso que la Administración aún no ha recortado los presupuestos de cultura y fiestas", comenta Gratacós.

Habrá actuaciones de AC/DC, Coldplay Madonna, U2, Grace Jones y Mettallica

Con todo, los grandes recintos siguen siendo útiles para el directo, si bien con matices. Hace unos años actuar en el Sant Jordi consistía en ir al aforo completo y pelear por llenar sus más de 18.000 localidades. Hoy en día, sólo indica una ubicación, no un aforo determinado, ya que sus dimensiones se pueden modificar en función de la venta de entradas. AC/DC se sabe seguro que llenarán este recinto el 31 de marzo, pero Il Divo (3 abril), Laura Pausini (30 abril) y Beyoncé (20 mayo) pueden dar alguna sorpresa.

Los otros grandes recintos, el estadio olímpico y el Camp Nou, parecen de uso exclusivo para una especie menguante, la de los supervivientes de los años ochenmta, como Madonna (21 julio, olímpico) y U2 (28 julio, fecha aún no confirmada, Camp Nou). El único grupo que hoy por hoy es capaz de llenar estadios habiendo nacido prácticamente en el siglo XXI es Coldplay, que actuará en el estadio olímpico el 4 de septiembre.

Ello no quiere decir que la música sea peor y menos aún que el público no esté interesado. Ocurre que desde que se fragmentaron los canales de información, las bandas de estadio no han regenerado su panteón. La música fluye por multitud de canales que han fragmentado los gustos, las referencias, el consumo y, en consecuencia, las capacidades de convocatoria. Así, sólo las mantienen más o menos incólumes algunas bandas del pasado siglo.

Una de ellas, Metallica, se acoge a la fórmula festivalera para cubrirse las espaldas. Este año llega encabezando un nuevo festival, Sonisphere, campeando en la parte de arriba de una lista (Slipknot, Machine Head, Lamb of God y Mastodon) que apela directamente al corazón del amante del metal para que mueva sus tachuelas hasta el Fórum (11 de julio). Otros festivales (es el caso del Primavera Sound) que también desplegarán sus actividades en el Fórum (del 28 al 30 de mayo) mezclan las nuevas propuestas sólo localizables en Internet con los veteranos del indie, como Sonic Youth y My Bloody Valentine. También el Sonar de este año acude a unos ilustres, Orbital, para centrar su reclamo, y añade el gancho de otra de las musas de los ochenta, Grace Jones -que llega con nuevo disco bajo el brazo, Hurricane-, con la que resucitará su glamour.

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Los demás artistas que acudirán a Barcelona se conforman, que no es poco, con Razzmatazz; es el caso de Killers (21 marzo) y Jason Mraz (23 marzo), nueva revelación del pop tenue. El Auditori acoge a artistas como Jane Birkin (5 marzo), Ojos de Brujo (25 marzo), Wilco (4 junio) y Ry Cooder (30 de junio). Por su parte, el Palau de la Música ofrecerá las actuaciones de los locales Mishima (27 febrero), amén de las presencias de Antony (21 abril) y David Byrne (24 abril). Algo está cambiando y la crisis económica no ofrece todas las respuestas.

Grace Jones, que será la estrella invitada del Sónar, durante una actuación hace dos veranos en el Loveball, en Barcelona.
Grace Jones, que será la estrella invitada del Sónar, durante una actuación hace dos veranos en el Loveball, en Barcelona.GIANLUCCA BATTISTA

El Summercase sucumbe a la crisis

La cuarta edición del festival Summercase no se celebrará este verano y se aplaza hasta el año que viene, según un escueto comunicado difundido ayer por la empresa Sinnamon, propietaria del sello discográfico de igual nombre y de la sala Razzmatazz de Barcelona.

El Summercase, un festival de pop-rock que se celebraba simultáneamente en Barcelona y Boadilla del Monte (Madrid), no ha resistido a la coyuntura económica, sobre la cual dice se afirma en el comunicado: "No garantiza la celebración del evento con la calidad que desearíamos". Según Pedro Moscoso, responsable de prensa de Sinnamon, el festival contaba con patrocinadores, pero este año han preferido centrarse en las otras líneas de negocio de la sala. Sobre los demás festivales que impulsan, Moscoso declinó pronunciarse. No aclaró si se celebrará el Creamfields (ediciones en Andalucía y Galicia) ni el Wintercase, festival itinerante de invierno, pero aseguró que los festivales de nuevo cuño, como el Ola Festival, Forward Festival, Weekend Dance y Daydream, que nació el año pasado para arropar la actuación de Radiohead en Barcelona, tampoco se celebrarán.

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