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Mascarell busca un pacto a largo plazo para la cultura

400 profesionales contribuirán a las reflexiones críticas

La cultura ha sido el principal capital sobre el que se ha construido Cataluña en los últimos siglos, dijo ayer el titular de este sector en el Gobierno de la Generalitat, Ferran Mascarell, citando al historiador Jordi Nadal. Representa cerca del 4% del PIB catalán, por encima de sectores como el textil o el alimentario, y da trabajo a unas 300.000 personas. Sabe el consejero que sin pensamiento no hay política cultural posible y por eso quiere hilvanar un discurso, construir un relato que vaya más allá de la próxima década, al margen del color del Gobierno de turno.

En 1983, cuando apenas se acababan de construir las instituciones de autogobierno, el entonces consejero Max Cahner impulsó unas jornadas de reflexión crítica "para devolver a la cultura catalana el carácter de eje vertebrador y diferencial de nuestra realidad nacional"; un encuentro que se repitió en 1986. Ahora, un cuarto de siglo más tarde, en medio de un cambio de paradigma y en el agobiante contexto de la crisis económica, Mascarell ha lanzado de nuevo esta reflexión, que debe desembocar en un plan estratégico a largo plazo y en un pacto nacional a nivel parlamentario que señale el camino de los próximos 12 años.

Cree el consejero que hay más talento del que el mercado local puede asumir
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Uno de los problemas de la cultura catalana, insistió el consejero, es que tiene más talento del que el mercado interno puede asumir, por lo que es urgente fomentar la internacionalización. Hay que transformar a fondo el sector y "socializar la idea de que la cultura es constituyente", añadió, porque "reforzando la cultura reforzamos el país". Para visualizar esta ambición, ayer, en la presentación de las jornadas en el Arts Santa Mònica, quiso que lo acompañaran sus antecesores en el cargo. Acudieron casi todos: Max Cahner, Joan Rigol, Joaquim Ferrer, Jordi Vilaplana, Joan Guitart, Joan Maria Pujals y Joan Manuel Tresserras. Faltó Caterina Mieras.

Las jornadas, comisariadas por Vicenc Altaió y Xavier Bru de Sala, se prolongarán hasta el jueves con la participación de unas 60 personalidades representantes de los sectores culturales, en torno a 10 mesas de debate. Otro centenar de profesionales constituirán la fila cero. Pero esto solo será el prefacio del trabajo de unos 400 profesionales de todos los ámbitos de la cultura de Cataluña que se prolongará a lo largo de los próximos meses.

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Según explicó Bru de Sala, las jornadas deben servir para formular "un conjunto de conceptos que ayuden a comprender las funciones de la cultura en el siglo XXI", que sirvan para "fortalecer la cultura catalana a partir de sus especificidades". Los ponentes también se plantean "detectar ejes más eficientes de políticas culturales, a la luz de los activos y las deficiencias de tres decenios de experiencia".

El primero de los debates, bajo el epígrafe de Modernidad y crisis, contó con el periodista Enric Juliana como relator y con los ponentes Francesc-Marc Álvaro, Rafael Argullol, Oriol Broggi, Perejaume y Jaume Solana. Le siguió el titulado Cataluña como marca, con Albert Sáez de relator, y en las ponencias, Ramon Arnabat, Lluís Cabrera, Isona Passola, Mònica Sabata y Benedetta Tagliabue. Hoy por la mañana intervendrán, entre otros, Sergi Belbel, Patrícia Gabancho, Pere Vicens, Alex Rigola, Salvador Cardús, Salvador Giner, Josep Ramoneda y Agustí Colomines.

DEPARTAMENT DE CULTURA

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