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Mercancías a Europa en tren

El puerto de Barcelona adapta el ancho de vías para exportar y competir con Marsella y Génova

España, es sabido, tiene un ancho de vías férreas superior al del conjunto de la Europa occidental. La distancia entre los dos carriles es de 1.668 milímetros, frente a los 1.435 milímetros del ancho europeo. Hay trenes con doble eje (por ejemplo, los Talgo) que pueden cambiar de ancho y lo hacen cada noche en la frontera franco-española. También lo hacen en España algunos convoyes que circulan por las vías de alta velocidad, que son de ancho europeo, pero deben utilizar luego tramos de ancho ibérico. Ese cambio es fácil con trenes de pasajeros que tienen un peso relativamente bajo, pero prácticamente imposible con mercancías pesadas. El puerto de Barcelona lleva años soñando con una conexión de ancho europeo hacia el norte de Europa. Con ella puede, como está haciendo, plantearse competir con los puertos mediterráneos de Génova y Marsella. De hecho, el puerto aspira con fundamento a conquistar Europa o, para decirlo en palabras de su presidente, Jordi Valls, a ser la puerta sur de Europa para el tráfico marítimo procedente de Extremo Oriente.

No se trata sólo de deseos. El puerto ha empezado ya a renovar toda su estructura ferroviaria, de modo que el año que viene, si no se producen contratiempos, los trenes podrán entrar y salir de él tanto con ancho ibérico como con ancho europeo. Todas las vías que haya en el interior del puerto (unos 30 kilómetros) serán de doble ancho. Una parte ya lo son. Para ello se ha optado por la misma solución que el Ministerio de Fomento aplica en el Vallès y en Girona: se instala un tercer carril entre los dos de ancho ibérico y los trenes utilizan uno u otro ancho según se conveniencia.

El puerto de Barcelona ofrece ahora un servicio de transporte de mercancías hasta Lyon. Sale de Barcelona en ancho ibérico y se cambia de tren en la frontera. En 2010, ese cambio no será necesario porque los trenes podrán salir y entrar del puerto en ancho europeo y circular por ese mismo ancho hasta la frontera francesa, cruzarla y seguir hasta cualquier ciudad del occidente europeo.

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