Una Mercè metropolitana anima a 1.400.000 personas

La patrona de Barcelona y de más allá. La Mercè ha brindado música, espectáculos de calle, circo y muchas más actividades este año a 1.400.000 personas de Barcelona y del área metropolitana. Las fiestas se cerraron ayer con un resultado multitudinario y un ambiente tranquilo. Las novedades que se han introducido este año en la Mercè de las Artes en la Calle (MAC) han cuajado. Los espectáculos de la Ciutadella -en su versión diurna y nocturna- han sido seguidos por 96.000 personas; el circo del castillo de Montjuïc suma seguidores por segundo año y llega hasta cerca de 45.000, y el público llenó los dos escenarios nuevos del MAC, el canódromo de Meridiana y el Grec. La música sigue siendo el plato fuerte de las fiestas: 426.000 personas asistieron a los conciertos. Lo hicieron de forma más repartida al incorporarse como escenario la avenida de Maria Cristina -133.000-, que sirvió para descongestionar el Fórum, que este año congregó a 90.000 personas frente a las 200.000 de 2009. En plaza de Espanya hay más transporte -líneas 1 y 3 de metro- frente a la 4 del Fórum.

Por los museos, con puertas abiertas los tres días de las fiestas, pasaron 114.000 visitantes, un público que se ha movido en metro -ininterrumpido durante 91 horas- y con más de un millón de validaciones en 24 horas.

Jordi Martí, delegado de Cultura del Ayuntamiento, destacó al presentar el resultado, que, además de ser multitudinaria, la calidad de los espectáculos ha sido mejor porque se han dispuesto de más recursos. Por un lado, la Mercè ha durado tres días -y no cuatro- y este año se eliminó el espacio que se montaba en el paseo de Gràcia.

Hubo actividades para todos, incluso espectáculos para descubrir nuevos artistas y dar ejemplo de multiculturalidad, como el del ayer por la tarde en la plaza de los Àngels. A muchos barceloneses no les sonaba de nada el nombre de Abrar-ul-Haq. Pero ni los más escépticos pudieron resistir contonearse con sus temas. Es el cantante de bhangra más famoso de Pakistán, con más de 16 millones de copias vendidas de su primer disco, y su mezcla de música tradicional paquistaní con pop y folk no defraudó, especialmente a los miembros de las comunidades asiáticas asentadas en Barcelona, que desde horas antes del concierto esperaban en la plaza a que apareciese su ídolo. Cuando, por fin, salió al gran escenario, cubierto con luces y humo, como dictan los grandes recitales, cualquier pared fue buena para encaramarse y tomar fotografías y vídeos.

Abrar-ul-Haq departió con ellos, pero también con el resto de curiosos congregados, gracias a que un traductor fue explicando el significado de sus temas cantados en inglés, punjabí (su lengua materna) y urdú (idioma nacional de Pakistán). "Hasta ahora solo he cantando una canción picante, pero vosotros me estáis obligando a que siga con ellas", exclamó. En seguida, produjo un revuelo desgranando un tema con el estribillo: "Cásate conmigo, si quieres pídele permiso ya a tu madre". Y de manera automática, las palmas y los bailes se adueñaron de la plaza.

La actuación formó parte del programa del Festival Asia, que finalizó ayer después de más de 30 actividades llevadas a cabo. "Abrar-ul-Haq ha sido nuestra apuesta más fuerte, un guiño a los 40.000 paquistaníes que viven en Cataluña, ya que son junto con los chinos la comunidad asiática más numerosa; pero también buscamos público de la ciudad", explicó Alejandro Algaba, coordinador del festival.

Unas horas más tarde, a las diez de la noche, las fiestas de la Mercè de este año concluían con el ya tradicional piromusical. Miles de personas acudieron hasta la avenida de la Reina Maria Cristina y sus aledaños para contemplar el espectáculo, dirigido por Jordi Bonet. Se dedicó a versiones de las 30 canciones más conocidas de la historia de la música popular, el pop y el rock. Los temas más coreados fueron los de John Lenon, The Rolling Stones, Queen, Sau y Maria del Mar Bonet. Y aunque la música iba sonando, todas las miradas estaban puestas en el cielo y en la fuente de Montjuïc. Se llenaron de fuegos artificiales, ruido y colorido gracias a 2.500 kilos de material pirotécnico, que explosionaron en perfecta sintonía con las canciones y las luces de las bengalas repartidas entre el público.