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Reportaje:

Miró en la Antártida

El artista Fernando Prats realiza una videoinstalación para la felicitación navideña de la fundación de Barcelona

No hay estrellas, ni abetos, ni ningún otro elemento que remita a la Navidad, exceptuando el viento helado de la Antártida, tan brutal que casi consigue trasladarse al espectador desde el vídeo que protagoniza la Nadala 2011 de la Fundación Miró. Es el quinto año en que, en lugar de las tradicionales decoraciones, el centro marca el periodo navideño encargando una instalación site-specific. La nadala de este año, El nacimiento del mundo II, 1925-2011, es de Fernando Prats, artista chileno, afincado en Barcelona, que, en homenaje a Miró y para evidenciar los esfuerzos de los creadores para explorar y experimentar lo desconocido, viajó a la Antártida con una bandera que reproduce el dibujo preparatorio de Miró para Pintura (El nacimiento del mundo). Esta obra de 1925, propiedad del MOMA de Nueva York, ha sido uno de los pocos préstamos importantes que no se han conseguido para la gran exposición monográfica La escalera de la evasión, abierta en la fundación hasta el 18 de marzo.

"Aunque se materialice en una instalación, para mí todo el proyecto es una gran pintura. Mi objetivo era establecer una relación entre el ritmo polar y el dibujo de Miró, y capturar la energía que de esto se desprende", asegura Prats, que una vez allí plantó su bandera en el islote González, un lugar de condiciones extremas, a menos 35 grados bajo cero y con vientos de 150 kilómetros hora. "Se encuentra justo enfrente de la base científico-militar Arturo Prat, una de las más antiguas, así bautizada en honor de una derrota que los chilenos celebramos como una victoria", cuenta el artista.

Si el mes que pasó con su equipo en la Antártida fue toda una aventura, también instalar el contenedor rojo, parecido a los edificios de la base, en el Pati de l'Olivera de la fundación fue bastante espectacular por la intervención de una gigantesca grúa que lo hizo sobrevolar los techos del arquitecto Sert. Hasta el 8 de enero el contenedor se quedará allí, para que los visitantes puedan revivir la hazaña de Prats a través del vídeo de la acción, la bandera original y el mapa de la zona con el recorrido del viaje, los subrayados y las notas del artista.

Prats está ya más que familiarizado con la Antártida. En 2002 fue para enterrar sus obras en el glaciar Collins. "Quería congelar mis ideas", explica. Cuando Chile le invitó a representarle en la Bienal de Venecia de 2011, con la colaboración de su galería, la Joan Prats de Barcelona, ideó Gran Sur, un ambicioso proyecto inspirado en el explorador Ernest Shackleton y el anuncio que publicó en 1914: "Se buscan hombres para viaje arriesgado, poco sueldo, frío extremo, largos meses de oscuridad total, peligro constante, regreso a salvo dudoso, honor y reconocimiento en caso de éxito".

"Respondieron 3.500 hombres, salieron 29 y todos volvieron con vida", asegura Prats, que colocó este texto con letras luminosas tanto en la isla Elefante, donde los exploradores se salvaron tras el naufragio, como en la Bienal de Venecia. La instalación, que actualmente se exhibe en París, viajará más adelante a Chile y Polonia.

Imagen de la videoinstalación de Fernando Prats.
Imagen de la videoinstalación de Fernando Prats.
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