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Montilla congela las conversaciones con CiU hasta después de las elecciones

El presidente y Artur Mas celebran un gélido encuentro sin ningún acuerdo

Miquel Noguer

La llegada del invierno astronómico se solapó ayer con un recrudecimiento del invierno político catalán. El presidente de la Generalitat, José Montilla, anunció al jefe de la oposición, Artur Mas, que quedan congeladas sus negociaciones para pactar asuntos como las infraestructuras o la nueva financiación de Cataluña. El parón se explica por la proximidad de las elecciones generales, de la campaña electoral y el consecuente distanciamiento de los partidos.

El encuentro de ayer entre Montilla y Mas, el tercero de esta legislatura, fue gélido. No se avanzó en ninguno de los asuntos que planteó el jefe de la oposición ni tampoco en la petición que el presidente hizo a Mas. "Si alguien creía que con unas elecciones a tres meses vista se podían alcanzar según qué acuerdos, es que vive en otro planeta", resumió al término de la reunión el consejero de la Vicepresidencia, Josep Lluís Carod Rovira.

Mas solicitó dos cosas a Montilla y se llevó otras tantas negativas. Fracasó en su intento para que Convergència i Unió participe en las negociaciones entre la Generalitat y el Gobierno central para la nueva financiación de Cataluña. Tampoco consiguió un compromiso del presidente para que el pacto nacional de las infraestructuras, que debe firmarse en 2008, incluya reivindicaciones de Convergència i Unió (CiU) como el trasvase del Ródano o el desvío del AVE por el Vallès. "No son condiciones sine qua non, pero el pacto debe hablar de estos asuntos", justificó Mas.

Montilla sólo tenía una petición para el jefe de la oposición: reconsiderar su rechazo al Pacto de la Vivienda. No lo logró. El mantenimiento de la cláusula sobre el alquiler forzoso de pisos vacíos fue, de nuevo, el argumento de Mas para rechazar el pacto.

Así las cosas, el jefe de la oposición salió del Palau de la Generalitat tan alejado del Gobierno como había entrado. Se lamentó reiteradamente. "No tiene sentido que el partido que negoció la parte de la financiación en el Estatututo y que tiene experiencia en negociar sistemas de financiación quede apartado de las conversaciones", dijo Mas.

Montilla le rebatió. El entorno presidencial advirtió que por nada del mundo el presidente permitirá que CiU pueda apuntarse algún éxito en materia de financiación. "El artículo 183 del Estatuto es muy claro cuando dice que las negociaciones sobre este asunto se hacen entre gobiernos. Imagínense que en Madrid tuviésemos que negociar con la oposición del PP", resumió Carod.

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El mal resultado de la reunión se evidenció también en las formas. Mas y Montilla ni siquiera se pusieron de acuerdo en decir quién había convocado a quién. Mientras que Artur Mas reiteró ayer que la reunión la había solicitado él después de la manifestación sobre las infraestructuras del primero de diciembre, Presidencia mantenía que el encuentro lo ofreció Montilla al jefe de la oposición durante una conversación previa. Tampoco Carod Rovira hizo un gran esfuerzo en las formas. Se refirió a Mas como el presidente de una "federación de organizaciones políticas". Mas se limitó a decir que su conversación con Montilla se desarrolló de forma "correcta".

El Gobierno quiso utilizar la reunión de ayer para recordar a Mas que está en la oposición, algo que el líder de CiU tiene "olvidado", según fuentes del Ejecutivo. De ahí la dureza de los términos en los que se expresó Carod en su labor de portavoz del Ejecutivo. Carod recordó que las condiciones que pone CiU para sumarse al acuerdo de las infraestructuras no hacen presagiar nada bueno. "Nadie con ganas de llegar a un acuerdo pone condiciones previas en una negociación", dijo.

Sobre la financiación, Montilla quiere llevar personalmente, junto al consejero Antoni Castells, las conversaciones con el Gobierno central. El papel de CiU se limitará a participar en la comisión de seguimiento del desarrollo estatuario, sin poder ejecutivo alguno.

Artur Mas y José Montilla, ayer, antes de reunirse en el Palau de la Generalitat.
Artur Mas y José Montilla, ayer, antes de reunirse en el Palau de la Generalitat.EFE

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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