_
_
_
_
_
Una ciudad averiada

Montilla impone, a brazo partido, a las eléctricas indemnizaciones 'express' y sin papeles

A grandes males, indemnizaciones express. Y generosas. El pulso entre la Generalitat y las compañías eléctricas para lograrlas fue a brazo partido. Un forcejeo tenso, tanto entre las empresas como entre éstas y las administraciones en la reunión que mantuvieron a cuenta del grave apagón de Barcelona. Las eléctricas no querían ceder, no tanto por la cuantía de estos pagos en sí, sino por el precedente que se acaba de sentar en Barcelona ante averías futuras en cualquier otro lugar.

Comercios y empresas tendrán que acudir a la Junta Arbitral para poder recibir compensaciones económicas
El presidente de la Generalitat advierte a las compañías suministradoras de que la multa puede llegar a los 30 millones
Los afectados por el gran apagón cobrarán entre 60 y 300 euros en función del tiempo que estuvieron sin luz

Pero el presidente de la Generalitat, José Montilla, estaba seguro de que sólo compensaciones inmediatas y cuantiosas podrían calmar los ánimos de los barceloneses, tras el desastre eléctrico que ha perjudicado a 350.000 abonados y ha causado pérdidas millonarias a la ciudad.

Y el brazo se torció. Los clientes particulares que hayan sufrido el apagón recibirán a partir del lunes, y a golpe de llamada telefónica, una suma de entre 60 y 300 euros -en función del número de horas sin luz y del número de habitantes del hogar- comunicando el número de póliza como único requisito. Endesa avanzará el pago mientras se dilucida si el apagón es responsabilidad suya o de Red Eléctrica.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Esta compensación es extralegal y la máxima pagada nunca en España. El apagón de Iberdrola en Madrid del año pasado, por ejemplo, se saldó con compensaciones de entre 30 y 50 euros, aunque se elevaron algo más en algunos casos. Y en Barcelona, en la avería de 2001 por la ola de frío, las compensaciones se limitaron a un abono irrisorio en la mayoría de casos.

Hoy, los barceloneses son más exigentes. Y el apagón ha sido peor: algunos se quedaron sin luz desde el lunes hasta el jueves. Es más, el suministro precario se prolongará durante meses: la mitad de los 166 generadores repartidos por las calles de la ciudad se podrán retirar a finales de agosto y el resto se mantendrá en guardia hasta febrero, cuando esté reparada la estación que se quemó, la ubicada en Collblanc. La reclamación rápida es para hogares. Comercios y empresas acudirán a una Junta Arbitral de Consumo para recibir las compensaciones, así como aquellos particulares que no estén de acuerdo con el dinero que les ofrezca Endesa.

El fiasco estalló el lunes. A las 10.57 un cable cayó sobre una subestación de Collblanc y, segundos después, quedaron en coma luces, líneas de metro y semáforos. Red Eléctrica, propietaria de la red de alta tensión que se desconectó, y Endesa, que distribuye la electricidad y da la cara ante los clientes, se tiran los trastos a la cabeza.

El presidente de REE, Luis Atienza, y el consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, continuaron ayer culpándose el uno al otro de lo sucedido en la reu-nión con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Los expedientes informativos abiertos por la Generalitat y la Comisión Nacional de Energía, tardarán semanas -a veces el proceso ha requerido de meses- para dilucidar qué empresa es responsable del apagón, pero la sanción será ejemplar. Montilla advirtió ayer de que la multa podría llegar hasta los 30 millones de euros, gracias a la nueva normativa para el sector eléctrico publicada el 5 de julio. Esta norma también da más poder a las Administraciones autonómicas sobre el control de las inversiones.

A la izquierda, en primer término, Rafael Miranda, de Endesa, y Luis Atienza, de Red Eléctrica, en la reunión mantenida ayer en la Generalitat.
A la izquierda, en primer término, Rafael Miranda, de Endesa, y Luis Atienza, de Red Eléctrica, en la reunión mantenida ayer en la Generalitat.MARCEL. LÍ SÀENZ

"Más calidad que en Madrid"

Endesa sacó pecho ayer tanto por sus inversiones en Cataluña como por su papel en el apagón de Barcelona. "En los últimos años hemos invertido unos 500 millones anuales, el doble de lo que se gana con distribución en Cataluña, que son unos 250 millones", explicó ayer Rafael Miranda, consejero delegado de Endesa, al paso de las críticas de políticos y empresarios catalanes.

Y defendió la mejora de la calidad del servicio de Endesa en Cataluña desde los apagones de 2001 y 2002. "En cinco años hemos conseguido darle la vuelta a esa situación y hoy la calidad del servicio en Cataluña es mejor que la de Madrid", agregó Miranda.

El ejecutivo de Endesa culpó del fiasco eléctrico a Red Eléctrica. Según explicó, el cable de Endesa pasó correctamente una revisión hace tres meses y cayó sobre la estación que provocó el accidente por una anomalía en la red de REE. Otro cable de Endesa había caído durante la noche, pero no hubiese ocurrido nada con mejores protecciones.

ARTÍCULO 60 DE LA LEY DEL SECTOR ELÉCTRICO, INFRACCIONES MUY GRAVES

- "Será infracción muy grave el incumplimiento, por parte del titular de las instalaciones, de su obligación de mantener las instalaciones en adecuadas condiciones de conservación e idoneidad técnica, siguiendo, en su caso, las instrucciones impartidas por la Administración competente y por el operador del sistema y gestor de la red de transporte o por los gestores de las redes de distribución, según corresponda, y los procedimientos de operación del sistema, cuando dicho incumplimiento ponga en riesgo la garantía de suministro o en peligro manifiesto a las personas, los bienes o al medio ambiente".

- "Las infracciones muy graves serán sancionadas con multa de hasta 30.000.000 de euros (artículo 65 de la Ley del Sector Eléctrico 17/2007 que modificó la norma vigente desde 1997)".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_