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Montilla reitera que no aceptará El Prat a cualquier precio

Un avión con pasajeros aterriza por primera vez en Lleida-Alguaire

Lleida era, hasta ayer, la única provincia catalana sin aeropuerto. Ya lo tiene. Lo inauguró el presidente de la Generalitat, José Montilla, aterrizando en un Airbus 320 de Vueling a las 12.27 horas. El aparato, cumpliendo con una tradición aeronáutica, realizó dos pasadas rasantes sobre las instalaciones, elevando de nuevo el vuelo en ambas ocasiones. Mientras rodaba por la pista, los bomberos le dieron la bienvenida con una puerta de agua. El piloto era el comandante Osvald Foguet, de pruebas de Airbus. Marc Rosell le acompañaba como copiloto.

En su discurso inaugural, Montilla habló de lo que prefigura Alguaire: un nuevo modelo aeroportuario catalán, titularidad de la Generalitat y de explotación privada. Y para ello se refirió a la propuesta de cambios en AENA hecha el pasado martes por el ministro de Fomento, José Blanco. "Una propuesta francamente insuficiente", dijo, para añadir conciliadoramente que se sigue negociando la presencia del Gobierno catalán en los aeropuertos a la búsqueda de "un acuerdo satisfactorio". Si no es así, dijo, "no aceptaremos" el traspaso de Sabadell, Reus, Girona y El Prat.

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La inauguración llenó el diminuto y coqueto aeropuerto. No se pudo dar entrada a los curiosos porque no se habría cabido. La gente se agolpaba frente al edificio, al otro lado de unas vallas desde las que saludaban con entusiasmo a las autoridades que llegaron en el avión: Montilla, el vicepresidente Josep Lluís Carod, el consejero de Política Territorial Joaquim Nadal y el presidente del Parlament, Ernest Benach.

Al acto asistieron unos mil invitados. Algunos leridanos se veían claramente emocionados, convencidos, como el presidente de la Diputación de Lleida, que el aeropuerto "pone a Lleida en el mundo", frase dicha inmediatamente antes de precisar que la provincia tiene el 6% de la población catalana, pero es evidente, dijo, que este Gobierno atiende al equilibrio territorial. Y precisó: "Equilibrio, porque no se puede reequilibrar lo que nunca estuvo equilibrado".

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Antes de Montilla y después de Nadal intervinieron el alcalde de Alguarie, Antonio Perea, y el de Lleida, Àngel Ros. Perea fue claro: muchos años oyendo hablar del aeropuerto pero "ahora nos lo creemos". Ros resaltó que es un aeropuerto para reforzar la propuesta de los Juegos Olímpicos de invierno de 2022 y recordó que ahora se cumplen 150 años desde que a Lleida llegó, por vez primera, un tren que unió a la ciudad con el resto de España. Para Ros, un país no debe tener fronteras, sino puertas al mundo, como lo es, defendió, el aeropuerto de Alguaire. Entre los invitados estaba el presidente de Andorra, Jaume Bartomeu.

El vuelo realizado ayer, entre Barcelona y Lleida, difícilmente tendrá continuidad: tiene una duración de 20 minutos, pero las exigencia de control en los aeropuertos hacen que no pueda competir con el tren de alta velocidad. Lleida espera conectarse con otras ciudades más lejanas. De momento arrancará en febrero con conexiones de Vueling a París y Palma. En abril se añadirá Ryanair, con enlaces a Milán y Francfort.

Los dos fines de semana que faltan para el primer vuelo con pasaje real de pago serán de puertas abiertas. El próximo fin de semana para todo el mundo y al siguiente para la gente relacionada con el mundo de la navegación aérea, con especial atención a los aeroclubes. De ellos, el de Lleida, centenario, es el más antiguo de Cataluña.

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