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Reportaje:

Museos accesibles a medias

Los equipamientos culturales de Barcelona presentan abismales diferencias de atención para los discapacitados, según un informe del Ayuntamiento

José Ángel Montañés

En el mundo de los equipamientos culturales la accesibilidad física, salvo excepciones (algunas zonas del castillo de Montjuïc o descender al Refugio 307 de la Guerra Civil), está asegurada para todos. ¿Pero qué pasa con la accesibilidad comunicativa? ¿Están adaptados los museos, auditorios y teatros de Barcelona para recibir visitas de personas con discapacidad y que éstos participen igual que las personas que no tienen ninguna?

El Instituto de Cultura de Barcelona (Icub) ha querido saber el grado de esfuerzo que han hecho los diferentes centros culturales de la ciudad y ha elaborado un informe sobre la adaptación llevada a cabo por 26 equipamientos culturales de la ciudad. Así, 12 museos municipales y 6 concertados, 5 teatros y auditorios, las 32 bibliotecas del Consorcio de Bibliotecas y los programadores del Festival Grec y la Mercè (véase cuadro adjunto) facilitaron datos sobre 19 elementos de accesibilidad comunicativa, la segunda fase de accesibilidad, según los expertos.

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Museos accesibles

El cuestionario preguntaba si disponían de correo electrónico y fax específicos para atender a personas con discapacidad, si la página web informaba de las medidas de accesibilidad, si existían instalaciones y emisoras FM que explicaban la visita a personas con problemas auditivos, si había audioguías adaptadas y la posibilidad de solicitar visitas específicas para discapacitados visuales o auditivos. También inquiría por la existencia de subtitulación audiovisual, la publicación de catálogos en letra grande, explicaciones en Braille o de maquetas táctiles, entre otros elementos. El resultado ha sido un panorama diverso que deja ver grandes diferencias entre centros como el Museo Marítimo y el de Historia de Barcelona -que cumplen 13 y 11 de los requisitos, respectivamente- y el Macba y el Auditorio, que sólo cumplen dos. Además, muestra que elementos como la rotulación en Braille y las maquetas táctiles sólo están en un par de equipamientos.

Para Jordi Martí, delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, lo importante no es el resultado de este primer informe, "sino que el tema está en la agenda de los responsables culturales". Para Martí, "el impulso tecnológico permite diseñar instrumentos que ayuden a que todos participen de la cultura por igual".

Que la accesibilidad preocupa lo demuestra que en apenas 15 días se hayan realizado dos encuentros sobre el tema. El 26 de octubre, Caixa Catalunya reunió a especialistas del Museo Metropolitano de Nueva York, el Louvre y el Prado. Ahí, Carles Giner, secretario del Consejo de la Cultura de Barcelona, presentó el informe del Icub, que se revisará en unos años. El viernes pasado concluyeron otras jornadas en el Museo Marítimo para delimitar las prácticas que han de permitir el acceso de todos a la cultura, independientemente de la capacidad física de cada uno.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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